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Causas de fiebre en la UCI
La fiebre es una respuesta fisiológica común en los pacientes ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Aunque puede ser un signo de infección, también puede tener otras causas no infecciosas, lo que complica el diagnóstico y manejo clínico.
Este artículo detalla las principales causas de fiebre en la UCI, ofreciendo una visión integral y académica para médicos, enfermeros y profesionales de la salud interesados en el manejo de pacientes críticos.
Fiebre en la UCI
La fiebre en la UCI puede clasificarse en dos categorías principales: infecciosas y no infecciosas. Ambas requieren una evaluación exhaustiva para garantizar un tratamiento oportuno y adecuado. Cualquier afección capaz de desencadenar una respuesta inmunitaria puede causar fiebre.
En la Imagen 1 se citan las afecciones habituales que se asocian a fiebre hospitalaria (nosocomial) en las UCI médico quirúrgicas generales.
1. Infecciones nosocomiales
Las infecciones adquiridas en el hospital, como neumonía asociada a ventilación mecánica, infecciones del tracto urinario relacionadas con catéteres y bacteriemia, son causas comunes de fiebre en la UCI. Estas infecciones son particularmente peligrosas debido a la resistencia antimicrobiana.
Factores de riesgo:
- Uso prolongado de dispositivos invasivos.
- Deficiencia inmunológica en pacientes críticos.
- Procedimientos quirúrgicos recientes.
Manejo clínico:
- Cultivos microbiológicos para identificar el patógeno.
- Inicio de terapia antimicrobiana empírica ajustada según resultados.
- Retire temprano de dispositivos invasivos cuando sea posible.
2. Fiebre de origen desconocido (FUO)
En la UCI, hasta un 30% de los episodios febriles pueden clasificarse inicialmente como fiebre de origen desconocido. Este diagnóstico requiere descartar infecciones, enfermedades autoinmunes y neoplasias.
Diagnóstico del protocolo:
- Historial clínico detallado.
- Uso de biomarcadores inflamatorios (PCR, procalcitonina).
- Estudios de imagen, como tomografía computarizada.
3. Reacciones farmacológicas
Los medicamentos administrados en la UCI, como antibióticos, heparinas y anticonvulsivantes, pueden causar fiebre como efecto secundario. La fiebre medicamentosa puede deberse a una reacción de hipersensibilidad, una reacción idiosincrásica o una flebitis relacionada con la infusión.
La fiebre medicamentosa es una entidad reconocida en la UCI, pero su importancia y su incidencia se desconocen. Se sabe poco de esta fiebre medicamentosa. El inicio de la fiebre varía desde unas horas hasta unas semanas después de iniciar el tratamiento farmacológico, y ésta puede aparecer como un signo aislado o ir acompañada de manifestaciones.
Aproximadamente la mitad de los pacientes presenta escalofríos, y alrededor del 20% presenta hipotensión, lo que indica que los pacientes con fiebre medicamentosa pueden parecer gravemente enfermos.
En la mayor parte de los casos no hay signos de reacción de hipersensibilidad (eosinofilia y exantema). Suele sospecharse su presencia cuando no hay otras causas probables de fiebre. En esta situación, lo mejor es interrumpir la administración de los posibles causantes. La fiebre debe desaparecer en 2 a 3 días, aunque puede tardar hasta 7 días en hacerlo.
Síndromes de hipertermia de causa farmacológica:
Los síndromes de hipertermia de causa farmacológica son la hipertermia maligna, el síndrome neuroléptico maligno y el síndrome serotonínico. El síndrome neuroléptico maligno puede ser un problema importante en las UCI en las que se usa haloperidol para lograr la sedación.
Características de la fiebre inducida por medicamentos:
- Aparece tras la administración de un nuevo fármaco.
- No responde a los antibióticos.
- Desaparece al suspender el medicamento sospechoso.
Manejo:
- Identificación y discontinuación del medicamento responsable.
- Monitoreo cercano de los signos vitales del paciente.
4. Trombosis venosa profunda (TVP)
La TVP y el tromboembolismo pulmonar son complicaciones frecuentes en pacientes inmovilizados en la UCI y pueden presentarse con fiebre.
Diagnóstico:
- Ultrasonido Doppler para detectar coágulos.
- Detección de dímero D elevado.
Tratamiento:
- Anticoagulación con heparina de bajo peso molecular o warfarina.
- Movilización temprana cuando sea posible.
5. Pancreatitis aguda
La inflamación pancreática en pacientes críticos puede ser una causa de fiebre, especialmente en aquellos con antecedentes de alcoholismo o enfermedades biliares.
Síntomas relacionados:
- Dolor abdominal severo.
- Elevación de enzimas pancreáticas (amilasa y lipasa).
Manejo:
- Hidratación agresiva.
- Control del dolor y soporte nutricional.
6. Enfermedades autoinmunes
En pacientes con antecedentes de enfermedades autoinmunes, como lupus eritematoso sistémico o artritis reumatoide, la fiebre puede ser una manifestación de una exacerbación de la enfermedad.
Manejo:
- Uso de corticoides o inmunosupresores según la enfermedad subyacente.
- Control estricto de los signos vitales y parámetros inflamatorios.
7. Hipertermia inducida por trauma o cirugía
El trauma severo o las cirugías mayores pueden causar fiebre no infecciosa debido a la liberación masiva de citocinas proinflamatorias. La cirugía siempre implica algún grado de lesión tisular, y la cirugía mayor conlleva una lesión tisular considerable.
Una cirugía mayor se parece a lo que puede ser sufrir un golpe con un bate de béisbol. La inflamación y la fiebre son la respuesta normal a la lesión tisular, y por esto la fiebre es una consecuencia probable de la cirugía mayor.
En el 15-40 % de los pacientes se observa la presencia de fiebre el primer día tras la intervención quirúrgica mayor, y en la mayor parte de los casos no existe infección asociada. Estas fiebres duran poco y suelen resolverse en 24-48 h.
Intervenciones clave:
- Monitoreo de parámetros inflamatorios.
- Uso de antipiréticos si es necesario.
Otros procedimientos relacionados con fiebre
Los siguientes procedimientos o intervenciones pueden ir acompañados de fiebre no infecciosa.
Hemodiálisis
Las reacciones febriles durante la hemodiálisis se atribuyen a la contaminación del equipo de diálisis por endotoxinas, aunque a veces se produce bacteriemia. Se recomienda realizar hemocultivos a todos los pacientes que presentan fiebre durante la hemodiálisis, aunque la diálisis no tiene que finalizarse salvo que el paciente muestre signos de sepsis (p. ej., cambios en el estado mental o hipotensión).
Se recomienda la administración de antibióticos empíricos tan sólo a los pacientes que parezcan sépticos. Debe bastar con vancomicina más ceftazidima, dependiendo de los resultados de los cultivos. Un gramo de cada antibiótico administrado tras la diálisis proporcionará unos niveles séricos adecuados, pendientes del resultado de los cultivos.
Broncoscopia
Tras la realización de una fibrobroncoscopia se observa fiebre en el 5 % de los casos. Suele aparecer entre 8 h y 10 h después del procedimiento, y desaparece espontáneamente en 24 h. La causa probable es la liberación de pirógenos endógenos desde el pulmón durante el procedimiento.
A menudo, la fiebre se asocia a leucocitosis, aunque la neumonía y la bacteriemia son raras. No es preciso realizar hemocultivos ni administrar antibióticos empíricos, salvo que la fiebre no desaparezca o el paciente muestre signos de sepsis (p. ej., cambios del estado mental o hipotensión).
Transfusiones de sangre
El 5 % de los pacientes que reciben hemoderivados observan reacciones febriles. La fiebre suele deberse a anticuerpos antileucocitos, y aparece durante la transfusión o poco después.
Tromboembolismo venoso
Varios grupos de pacientes hospitalizados tienen riesgo de sufrir tromboembolia venosa, aunque el riesgo es mayor en los pacientes traumatológicos y postoperados, sobre todo tras procedimientos ortopédicos que afectan a la cadera y la rodilla.
La mayor parte de los casos de trombosis venosa profunda hospitalaria son asintomáticos, aunque la embolia pulmonar aguda puede causar fiebre que dura hasta 1 semana.
Colecistitis alitiásica
La colecistitis alitiásica es una afección poco frecuente, pero grave, que se comunica hasta en un 1,5 % de los pacientes en situación grave. Es más habitual en pacientes posoperados, pacientes traumatológicos y en pacientes tratados con nutrición parenteral.
Se cree que esta afección se debe a isquemia y estasis en la vesícula biliar, que finalmente produce edema del conducto cístico que bloquea el drenaje de la vesícula. El síndrome clínico resultante consta de fiebre (70-95 % de los casos) y dolor en hipocondrio derecho (60-100% de los casos).
A menudo, es posible llegar al diagnóstico mediante ecografía del hipocondrio derecho. En las 48 h siguientes al inicio puede producirse la perforación de la vesícula biliar. El tratamiento de elección es la colecistectomía, o la colecistostomía percutánea en los pacientes demasiado enfermos para soportar una intervención quirúrgica.
Infartos
La lesión isquémica en cualquier órgano desencadenará una respuesta inflamatoria local que puede causar fiebre. Los infartos de miocardio y vasculares cerebrales suelen ir precedidos de otros síntomas, aunque el infarto intestinal puede ser asintomático en el anciano, en pacientes debilitados o en aquellos con depresión de conciencia.
El único signo de un infarto intestinal puede ser una fiebre inexplicada o una acidosis metabólica (láctica). Desgraciadamente, no hay pruebas diagnósticas fiables para el infarto intestinal, y el diagnóstico suele realizarse por laparotomía.
Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica
El síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS) se caracteriza por signos de inflamación sistémica (p. ej., fiebre, leucocitosis) sin signos de infección. Las posibles causas del síndrome de respuesta inflamatoria sistémica son la lesión tisular por traumatismo, la isquemia o las agresiones tóxicas, y la translocación de endotoxinas y antígenos bacterianos desde la luz del tracto gastrointestinal.
El síndrome de respuesta inflamatoria sistémica va acompañado a menudo de lesión inflamatoria en uno o más órganos vitales (p. ej., síndrome de distress respiratorio agudo), y puede progresar inexorablemente hacia el fracaso multiorgánico y la muerte.
Fiebre iatrogénica
El fallo de los reguladores térmicos en colchones de agua y humidificadores en aerosol puede causar fiebre por transferencia. Se tarda sólo 1 min en comprobar los dispositivos térmicos en colchones calentados y ventiladores, pero se puede tardar mucho más en explicar por qué se ha pasado por alto una causa de fiebre tan simple.
La importancia del enfoque multidisciplinario
El manejo de la fiebre en la UCI requiere la colaboración de médicos, enfermeros, farmacéuticos y otros profesionales de la salud. Un diagnóstico rápido y preciso puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en estos pacientes vulnerables.
Preguntas frecuentes
¿Qué porcentaje de fiebre en la UCI se debe a infecciones?
Aproximadamente el 60% de los episodios febriles en la UCI tienen una causa infecciosa.
¿Cómo distinguir entre fiebre infecciosa y no infecciosa?
Un análisis detallado de los síntomas, la historia clínica y pruebas diagnósticas específicas, como cultivos y estudios de imagen, ayudan a diferenciar estas causas.
¿Qué papel juega la procalcitonina en el diagnóstico de fiebre en la UCI?
La procalcitonina es un biomarcador útil para diferenciar entre fiebre infecciosa y no infecciosa, especialmente en sepsis.
¿Cuál es la causa más común de fiebre en pacientes ventilados?
La neumonía asociada a la ventilación mecánica es la causa más común de fiebre en estos pacientes.
¿Cuándo se debe iniciar antibióticos en un paciente con fiebre?
Se recomienda iniciar antibióticos empíricos en pacientes febriles con signos de infección confirmada o sospecha clínica elevada.
¿Es necesario tratar toda fiebre en la UCI?
No siempre; algunas causas no infecciosas de fiebre pueden resolverse sin intervención específica, como fiebre postquirúrgica.
La fiebre en la UCI es un desafío clínico complejo que requiere un enfoque sistemático y basado en evidencia. Identificar rápidamente la causa subyacente es fundamental para implementar un tratamiento efectivo y mejorar los resultados del paciente. Mediante la colaboración multidisciplinaria y el uso de herramientas de diagnóstico avanzadas, los profesionales de la salud pueden enfrentar este desafío con éxito.
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Información del autor
Fuentes consultadas
- https://enfermeriabuenosaires.com/wp-content/uploads/2021/05/El-Libro-de-LA-UCI-PAUL-MARINO.pdf
Última actualización: [04/01/2025]