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Este trabajo contiene información sobre el concepto puro de adolescencia, los tipos de adolescencia que se encuentran. También las causas y actitudes del embarazo adolescente.
Es importante aclarar que algunos datos pueden tomarse como una crítica; no siendo esa la idea que se quiere transmitir, ya que el embarazo, sea adolescente o no, es sin lugar a dudas el que se origina en una decisión libre y responsable de ambos progenitores en el marco del amor.
Se llama embarazo adolescente a la preñez de las mujeres menores de 19 años, edad en la que se considera que termina esta etapa de la vida. Sin embargo, muchos psicólogos advierten que esta edad se está ampliando.
Algunos aseguran que se ha extendido hasta los 24 años promedio. Esto quiere decir que los adolescentes son capaces de procrear mucho antes de alcanzar la madurez emocional.
El embarazo adolescente presenta un riesgo mucho mayor tanto para la mamá como para el bebé. En ambos casos se advierten mayores complicaciones y un índice más alto de mortalidad.
Pero existen otras razones por las que la preñez de la adolescente es rechazada socialmente. Son las que tienen que ver con las cuestiones morales y religiosas, por las cuales muchas personas consideran inadecuadas las relaciones sexuales fuera del marco del matrimonio.
En general, cuando se habla del embarazo adolescente se piensa en las consecuencias que éste tiene para la joven mamá, olvidando que el niño que va a nacer no sólo tiene una madre, sino también un padre.
No siempre ese padre es también un adolescente, sino que muchas veces son hombres adultos y, en muchos casos, parientes sanguíneos o políticos de la joven.
Esto quiere decir que muchas veces el embarazo proviene de un incesto, de un abuso sexual o inclusive de una violación. Esto lo transforma aún más en una situación negativa y no deseada.
Pero en otros casos, la preñez es fruto de una relación genuina, basada en el amor, y es aceptado por la pareja con responsabilidad y alegría.
El embarazo ideal, sea adolescente o no, es sin lugar a dudas el que se origina en una decisión libre y responsable de ambos progenitores en el marco del amor.
La adolescencia es el periodo de transición de la infancia a la vida adulta; implica cambios, de modo que con frecuencia los adolescentes tienen una sensación de estrés y ansiedad.
El adolescente se enfrenta a tareas de desarrollo que varían según la cultura. Muchos autores ya las han descrito, si como las tribulaciones especialmente significativas para él.
Los principales desarrollos de la adolescencia son:
Es un periodo de crecimiento y desarrollo rápido. Los cambios físicos abarcan todos los sistemas del organismo, pero en especial el cardiovascular, el musculoesquelético, y el reproductor.
Estos cambios pueden conducir a perturbaciones en la imagen de la adolescente. Los jóvenes tienen dudas sobre la menstruación, el desarrollo de los senos, el tamaño de los testículos y del pene y las poluciones nocturnas.
Durante esta fase, suele presentarse un comportamiento de exploración con sus amigos del mismo sexo o del sexo opuesto.
El pensamiento sigue siendo concreto y el joven adolescente carece de la capacidad de pensamiento abstracto o introspección. Su vida es rica en fantasías.
El crecimiento y el desarrollo de las características sexuales secundarias suelen terminar durante este periodo. Lo más importante en esta fase es lograr una apariencia personal lo más atractiva posible, además, es un esfuerzo para adaptarse a los cambios de su cuerpo.
Estos adolescentes piensan de manera más abstracta y empiezan a darse cuenta de los límites de sus posibilidades.
Este periodo suele ser de gran confusión para la familia mientras la adolescente lucha por su independencia y desafía los valores y expectativas de la familia. En esta etapa, les gustaría ser tratados como adultos, pero su comportamiento fluctúa.
Se caracteriza por la capacidad de mantener relaciones estables y recíprocas. Aquí los jóvenes tienen una imagen más realista de sí mismos y están más seguros de su apariencia.
En general la identidad sexual está firmemente establecida. El adolescente tardío habrá desarrollado la capacidad de resolver problemas, valorar todos los aspectos de los acontecimientos cotidianos y diferir la gratificación inmediata.
Es importante que comprenda las repercusiones para el futuro de las decisiones que toma; por ejemplo:
Dejando de lado la causa obvia de que un embarazo proviene de una relación sexual, se puede decir que las causas del embarazo adolescente son muchas y muy complejas.
La primera y más importante es la falta de educación sexual. Muchos adolescentes llegan a esa edad sin información sobre las funciones sexuales, la relación entre los sexos y cómo se previene el embarazo.
Sin embargo, la sola información no es suficiente. La verdadera educación no sólo consiste en datos, sino en un conjunto de valores que les dan sentido y permiten construir un proyecto de vida.
Dentro de ese proyecto:
Todos los citados podrán ser elegidos con libertad y responsabilidad.
La falta de ese tipo de educación se debe principalmente a una carencia familiar. En los hogares no se adopta una actitud abierta y comprensiva con respecto al sexo.
Muchos padres, dominados por mitos y temores, rehúsan la responsabilidad de formar a sus hijos en el tema del sexo, a pesar de que ellos mismos sufrieron esa carencia en sus familias.
Los sistemas educativos oficiales suelen no brindar tampoco una formación adecuada en este y otros temas que hacen al desarrollo de la persona.
A esto se le debe sumar la sobrevaloración del sexo que existe en la cultura actual.
Los adolescentes de hoy crecen rodeados de una cultura donde la televisión, el cine, la música, los videoclips, la publicidad y los lugares de encuentro y diversión se pueblan de mensajes en los cuales las relaciones sexuales sin amor son comunes, aceptadas y esperables.
La información sobre los métodos anticonceptivos a los que pueden recurrir aquellos que deciden ser sexualmente activos es escasa y muchas veces errónea.
En sectores sociales con fuertes carencias económicas se suma la imposibilidad de adquirir preservativos u otros métodos para evitar el embarazo.
El creciente uso de alcohol y drogas desde edades cada vez más tempranas también hace su aporte negativo. Los adolescentes, bajo los efectos de esas sustancias, están en peores condiciones para prevenir el embarazo.
Muchos modelos para la prevención del embarazo adolescente han sido probados en el mundo entero con diferentes grados de éxito.
Algunos abogan por la abstinencia, procurando el aplazamiento del inicio en los contactos sexuales hasta que la persona es madura y suficientemente diestra para manejar la actividad sexual sin riesgo de embarazos no deseados.
Otros consideran que el adolescente puede mantener relaciones sexuales a partir del momento en que desee hacerlo, y por lo tanto debe contar con información suficiente sobre su cuerpo y los métodos anticonceptivos.
En cualquier caso, la opción por los valores del amor responsable y el respeto por la nueva vida que puede engendrarse será el núcleo de la prevención no sólo del embarazo adolescente, sino de numerosas patologías de transmisión sexual entre las cuales han tomado una importancia relevante en nuestro tiempo el HIV/Sida y la Hepatitis B.
El embarazo en la adolescente es una crisis que se sobre impone a la crisis de la adolescencia. Comprende profundos cambios somáticos y psicosociales con incremento de la emotividad y acentuación de conflictos no resueltos anteriormente.
Generalmente no es planificado, por lo que la adolescente puede adoptar diferentes actitudes que dependerán de su historia personal, del contexto familiar y social pero mayormente de la etapa de la adolescencia en que se encuentre.
En la adolescencia temprana, con menos de 14 años, el impacto del embarazo se suma al del desarrollo puberal.
En la adolescencia media, entre los 14 y 16 años, como ya tiene establecida la identidad del género, el embarazo se relaciona con la expresión del erotismo, manifestado en la vestimenta que suelen usar, exhibiendo su abdomen gestante en el límite del exhibicionismo.
En la adolescencia tardía, luego de los 18 años, es frecuente que el embarazo sea el elemento que faltaba para consolidar su identidad y formalizar una pareja jugando, muchas de ellas, el papel de madre joven.
Si, 〈como muchas veces ocurre〉, es un embarazo por abuso sexual, la situación se complica mucho más.
Las futuras madres adquieren estas características:
Si la adolescente no está preparada para ser madre, menos lo estará el varón para ser padre, especialmente porque en la cultura en que se da la maternidad adolescente, es muy común que el varón se desligue de su papel y las descendencias pasan a ser criadas y orientadas por mujeres.
Esta exclusión del varón provoca en él un sentimiento de aislamiento, agravados por juicios desvalorizadores por parte de su familia o amistades como por ejemplo: (“con qué lo vas a mantener”, “seguro que no es tuyo”, etc.) que precipitarán su aislamiento si es que había dudas.
Al recibir la noticia de su paternidad, el varón se enfrenta a todos sus mandatos personales, sociales y a sus carencias, exacerbados todo ello por altruismo, lealtad, etc. como también por su dependencia económica y afectiva.
Busca trabajo para mantener su familia, y abandona sus estudios, postergando sus proyectos a largo plazo y confunde los de mediano con los de corto plazo, comenzando a vivir las urgencias.
A todo esto se agrega el hecho de que la adolescente embarazada le requiere y demanda su atención, cuando él se encuentra urgido por la necesidad de procuración.
En la necesidad de plantearse una independencia frente a su pareja y la familia de ésta, siente que se desdibuja su rol, responsabilizándose de la situación, objetando su capacidad de “ser padre”.
Se enfrenta a carencias por su baja capacitación a esa edad y escolaridad muchas veces insuficientes para acceder a trabajos de buena calidad y bien remunerados. Ello lo obliga a ser “adoptado” como un miembro más (hijo) de su familia política, o ser re-ubicado en su propia familia como hijo – padre.
Esta situación de indefensible hace confusa la relación con su pareja, por su propia confusión, lo que le genera angustia.
El equipo de salud deberá trabajar con el padre adolescente, estimulando su compromiso con la situación, o bien posibilitando una separación que no parezca “huida”.
A las consecuencias biológicas por condiciones desfavorables, se agregan las psicosociales de la maternidad – paternidad en la segunda década de la vida.
Para aplicar un modelo de atención basado en factores de riesgo obstétrico y perinatal conviene dividir a las adolescentes embarazadas en 3 grupos:
La actitud de una adolescente embarazada frente a la maternidad y a la crianza de su hijo, estará muy influenciada por la etapa de su vida por la que transita y, si es realmente una adolescente aún, necesitará mucha ayuda del equipo de salud, abordando el tema desde un ángulo interdisciplinario durante todo el proceso, incluso el seguimiento y crianza de su hijo durante sus primeros años de vida.
Última actualización: [26/01/2022]
Esta publicación fue modificada por última vez el 26/01/2022 20:49
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