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Enfermería durante la Edad Media
La caída del Imperio Romano de Occidente en el siglo V marcó un retroceso significativo en el progreso científico y médico. Los avances en higiene pública se perdieron y las enseñanzas de Hipócrates y Galeno fueron reemplazadas por prácticas supersticiosas. La prohibición de disecciones humanas obstaculizó aún más el avance médico.
Características de Enfermería durante la Edad Media
La Enfermería durante la Edad Media se caracterizaba por:
- Motivación religiosa: El cuidado de los enfermos era visto como un servicio a Dios y una forma de caridad cristiana.
- Practicantes sin formación formal: La mayoría de las enfermeras eran mujeres, muchas de ellas religiosas, que aprendían a través de la experiencia y la tradición.
- Hospitales monásticos: Muchos cuidados se proporcionaban en hospitales administrados por órdenes religiosas, que funcionaban como centros comunitarios.
- Tratamientos rudimentarios: Se utilizaba una combinación de remedios naturales, hierbas medicinales y prácticas supersticiosas para tratar a los enfermos.
- Papel destacado de las mujeres: Las mujeres dominaban el campo de la enfermería, aunque su labor a menudo era invisibilizada en la sociedad patriarcal de la época.
- Enfermerías monásticas: Existían espacios específicos dentro de los monasterios dedicados al cuidado de los monjes enfermos, que funcionaban de manera casi autónoma.
- Higiene limitada: Las condiciones sanitarias eran precarias, lo que facilitaba la propagación de infecciones.
- Atención integral: Además de cuidados físicos, se proporcionaba apoyo espiritual y emocional a los pacientes.
- Diversidad de funciones: Las enfermeras no solo cuidaban a los enfermos, sino que también se encargaban de la admisión y alta de pacientes, la cocina, la lavandería e incluso el entierro de los difuntos.
- Partería: Las parteras desempeñaban un papel crucial en la atención prenatal, durante el parto y postnatal.
Tratamientos médicos efectivos durante la Edad Media
Durante la Edad Media, se consideraban efectivos varios tratamientos médicos, aunque muchos de ellos eran rudimentarios y potencialmente peligrosos:
- Sangrías: Se creía que extraer sangre del paciente equilibraba los “humores” del cuerpo, curando diversas enfermedades.
- Uso de hierbas medicinales: Plantas como la menta, el ajo, la manzanilla y la salvia se utilizaban en infusiones, ungüentos o cataplasmas para tratar diversas dolencias.
- Trepanación: Consistía en hacer un agujero en el cráneo para aliviar la presión cerebral, utilizado para tratar epilepsia o migrañas.
- Cauterización: Se quemaba el área afectada para eliminar tejido infectado, usado en casos de gangrena o llagas.
- Métodos con animales: El “método Vicary” utilizaba un pollo vivo atado a los ganglios inflamados del enfermo, creyendo que extraía la enfermedad.
- Pociones y remedios exóticos: Para los más adinerados, se usaban remedios como beber polvo de cuerno de unicornio o consumir esmeraldas trituradas.
- Aplicación de emplastos y ungüentos: Se utilizaban mezclas de diversos ingredientes para tratar afecciones específicas, como las almorranas.
- Cirugía: En casos extremos, se recurría a procedimientos quirúrgicos, como la extirpación de hemorroides o el tratamiento de fracturas.
Es importante destacar que la eficacia de estos tratamientos era limitada y muchos se basaban en supersticiones o conocimientos médicos incorrectos de la época.
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Referencias bibliográficas
- Labarca, Amanda (1951) “Evolución Femenina”, en Desarrollo de Chile en la primera mitad del siglo XX. Ediciones de la Universidad de Chile, Santiago, Chile.
- Leddy, Susan. Pepper J. Mae. 1989; Bases Conceptuales de la Enfermería Profesional. Organización Panamericana de la salud; New York.
- Iyer P, Tapich B, Bernocchi-Losey D. Proceso de Enfermería y Diagnóstico de Enfermería. México: Interamericana McGraw-Hill; 1993:13.
Última actualización: [23/11/2024]