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Enfermería se replantea su Identidad y su Imagen ante un cambio de modelos. Dejando uno más agotado y obsoleto, que ha servido para llegar hasta donde se encuentra actualmente, para evolucionar a otro más humano a través de un cambio de mentalidad general.
Para ello se necesita gente con habilidad e iniciativa dispuesta a pensar.
En este nuevo proyecto no hay que olvidar dar solución a la situación de la enfermera como mujer, injustamente marginada en este campo como en otros en los que pocos varones acaparan muchos cargos.
La propaganda y la imagen en los medios de comunicación no determinan la identidad de enfermería tanto como las acciones individuales de cada día con el paciente como persona concreta a las que se asocia.
La imagen ideal de la enfermería para el futuro parece requerir una combinación especial del viejo y cálido espíritu de Florence Nightingale con las nuevas habilidades profesionales.
Quizás la lámpara como símbolo de la enfermería pueda servir todavía a su propósito.
Si el personal de enfermería puede lograr combinar la luz (habilidades profesionales), con la calidez que esta irradia (respuesta personal de ayuda).
Los esfuerzos de enfermería en estos últimos años se han centrado en buscar la autonomía y conseguir la independencia de la profesión.
Esto es en el ejercicio profesional como en el desarrollo científico, lo que ha facilitado su apertura a otros campos del conocimiento, como son las ciencias sociales.
El objetivo principal es fortalecer la imagen pública de la profesión.
Esto se ejecuta a través de acciones visibles que permitan identificar y valorar a la enfermería como importante fuerza social, con relación a su esencial contribución a la salud de la población.
La mítica idea de la “falta de identidad profesional” esconde en realidad las verdaderas razones por las cuales los enfermeros reniegan de su pasado histórico.
Ese pasado, fundante, sin lugar a dudas, de una fuerte identidad que, mal que pese, pertenece como herencia.
El tema de la identidad profesional de la Enfermería es un tema álgido al que la mayoría de los enfermeros evaden sistemáticamente “huyendo por la tangente”.
La excusa es casi siempre la misma: utilizar el camino más transitado para el escape airoso de una discusión profunda, que no es otro que la célebre frase:
“A los enfermeros nos falta identidad profesional”.
Este axioma es sostenido por muchos teóricos de la Enfermería.
Como ejemplo basta citar el tema titulado “Falta de identidad profesional”, del texto de Susan Leddy y J. Mae Pepper “Bases conceptuales de la enfermería profesional”.
En esta sección las autoras se sostienen en un estudio realizado por Weiss y Remen de 1983, en el que se expresa que:
“Entre las enfermeras existe una tendencia general a reducir su pericia profesional a una inclinación personal”.
Las enfermeras “Se comportan como si no fuera aceptable para ellas tener una opinión profesional.
Y, aunque manifiestan verbalmente su deseo de obtener mayor reconocimiento, más poder y extender sus derechos profesionales, se muestran visiblemente incómodas con la responsabilidad.
A través de gestos y de palabras, las enfermeras comunicaron su subordinación a las ideas y deseos de los médicos”.
La hipótesis de la carencia de identidad se fundamenta o sostiene erróneamente desde los conceptos de rol, responsabilidad, autonomía e imagen.
Si bien son factores determinantes de la identidad y coadyuvantes de los procesos identificatorios, no son sinónimos de ésta ni mucho menos.
Y en esta confusión radica en gran parte, el enfoque erróneo que suele dársele al tema.
Dicha afirmación es por lo tanto una falacia desde el vamos, ya que no hay identidad más arraigada que la que posee esta profesión.
O, mejor dicho: pocas profesiones gozan de una identidad tan fuerte como la que posee Enfermería.
No hay que olvidar que la Enfermería es una de las prácticas más antiguas, más aún que la medicina misma.
Según Donahue, la Enfermería es “La más antigua de las artes y la más joven de las profesiones.”
Esto justifica que la enfermería ha existido y existe desde tiempos inmemorables.
Representa un servicio imprescindible para la sociedad.
Razón por la que historiadores y sociólogos describieron a lo largo de los tiempos, cómo la imagen y la función del personal de enfermería han sido objeto de diversas transformaciones.
La enfermería, como otras profesiones, es un concepto social y como toda actividad social se desarrolla en un contexto histórico en permanente cambio y conflicto.
Aún la práctica de los cuidados de enfermería se basa en conocimientos antiguos empíricos, cuyos valores son determinados por ciertas ideologías dogmáticas.
Estas ideologías son influidas por la moral tradicional y modelos basados en la abnegación y el sacrificio.
Última actualización: [21/02/2023]
Soy Lorena Plazas, licenciada en Enfermería y profesora en esta área. Con experiencia en Unidad de Cuidados Intensivos y Urgencias, también soy autora de la web “Enfermería Buenos Aires” y redactora de artículos académicos. Mi pasión radica en ofrecer cuidados humanizados y mejorar constantemente mis habilidades para brindar la mejor atención posible. ¡Gracias por estar aquí!
Esta publicación fue modificada por última vez el 24/02/2023 04:04
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