Cuidados Paliativos

Planificación en el Final de la Vida

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Contenido

Planificación en el Final de la Vida


Introducción

“Desde la perspectiva profesional y política, es crucial planificar la atención al final de la vida”.

El grupo de pacientes en esa situación es cada vez mayor y no existe un sistema de atención adecuado, sostiene Marcos Gómez, expresidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal) y de la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial (OMC).

“La planificación sanitaria debería pasar, obligatoriamente, por un modelo de atención a estas personas muy distinto a lo que se ha venido haciendo, en los hospitales de agudos”.

Otro agravante es la dificultad para cuidar de los enfermos en el ámbito familiar, lo que conduce a su institucionalización, una solución que, según Gómez, será cada vez más habitual.

Josep Arimany, presidente de la Sociedad Catalana de Medicina Legal y Toxicología y director del Área de Praxis del Colegio de Médicos de Barcelona dice que mejorar la asistencia, apunta hacia:

  • Disminución de las camas de agudos y pasar a potenciar los centros de subagudos y crónicos
  • Programas de atención al enfermo crónico, como el que existe en Cataluña, y que están dando un buen resultado desde el punto de vista sociosanitario”.

Otro modelo es posible

El cambio es inevitable, Fernando Martínez, presidente de la Sociedad Española de Enfermería Geriátrica añade que:

  • Sanidad tendrá que ir adaptando sus hospitales a la nueva situación y habrá que regular la ayuda a domicilio
  • Evaluar la red social 
  • Poner siempre en el centro la atención al individuo, sabiendo qué es lo que quiere y cómo podemos satisfacer sus expectativas

Buscando alternativas a la institucionalización

En la actualidad, los mayores institucionalizados representan el 6 % de la población y el resto está en el domicilio.

Países, como Dinamarca, desde 1983 no ha vuelto a construir una residencia, lo que demuestra que existen otros modelos de atención al mayor, a la dependencia, a la pérdida de funcionalidad. La tecnología es otra ayuda para los mayores que viven solos.

Ana Lima, su idea para la planificación

Ana Lima, presidenta del Consejo General de Trabajo Social, dice:

  • “Hay que buscar cómo adaptar la telemedicina y la domótica a los domicilios, porque no podemos centrarnos exclusivamente en los hospitales y las residencias”.
  • El problema es acuciante cuando alguien sale del hospital y necesita continuidad en los cuidados pero carece de apoyos familiares.
  • “Sabemos qué necesitamos y el cómo, pero, ¿Quién lo financia?”, reflexiona.
  • Todas estas propuestas podrían formar parte de una estrategia sociosanitaria para la atención al final de la vida, un asunto que ha centrado el debate organizado por Diario Médico y Mémora.
  • Añade Lima: “Se habla mucho, pero no termina de cristalizar en acciones que den continuidad a los cuidados”.
  • Arimany llama la atención sobre los aspectos legales de la cuestión, especialmente sobre el Documento de Voluntades Anticipadas, que “Está infrautilizado porque no se conoce”.
  • “Es importante difundir entre la población la posibilidad que tienen de definir, cuando aún poseen capacidad cognitiva y volitiva, qué quieren hacer cuando pierdan esas capacidades. Esta es una asignatura pendiente”.

Para Ana Lima es fundamental:

  • Planificar la atención que tiene que recibir el enfermo cuando sea dependiente.
  • Elaborar un plan de cuidados en el que lo primero sea preguntar a la persona qué es lo que quiere y a partir de ahí desarrollar la estrategia sociosanitaria.
  • Si todo esto queda plasmado, se evitan muchos problemas a la familia.


Profundizar en el procedimiento asistencial

“En los momentos de final de la vida sufren los enfermos y la familia, pero el proceso asistencial se ha de hacer ajustado a lex artis, con seguridad clínica y para ello los profesionales deben tener formación en cuidados paliativos”. Arimany

Protocolos

“En este contexto pueden intervenir los comités de ética asistencial y también la formación continuada de los profesionales -no sólo los médicos-“, un argumento relevante puesto que “cada especialista quiere centrarse en su parcela, pero aquí es muy importante que haya una interrelación y comunicación”.

La elaboración de protocolos, guías de práctica clínica y formación continuada en el aspecto legal son herramientas muy valiosas, ya que “muchos profesionales desconocen los términos médico legales y éticos en este proceso”.

Para Martínez, “el modelo óptimo de voluntades anticipadas parte del modelo de atención social y sanitario que vamos a tener”.

En lo sanitario contamos con fórmulas para poder conocer cuáles son esas expectativas: “el plan de vida y hacia dónde quiere ir el paciente y hacia dónde tenemos que alinear tanto el sistema sanitario como el social. Al final, todo desemboca en el principio de autonomía del paciente“.

Trabajo en equipo

Los ponentes coinciden en la necesidad de crear equipos multidisciplinares compuestos por:

  • Psicólogos.
  • Trabajadores sociales.
  • Médicos.
  • Enfermeros, para la atención a los enfermos terminales y trabajando siempre de una forma coordinada para el beneficio del paciente y su familia.

¿A quién corresponde la responsabilidad de la atención?

“Al médico en cuanto a las decisiones clínicas, pero cada miembro del equipo es responsable en su área correspondiente”, destacan.

“Todos los médicos tienen que saber dar respuesta a las necesidades paliativas de sus pacientes”, insiste Gómez.

El representante de enfermería añade que “el médico tiene que tener en cuenta el documento de voluntades anticipadas antes de pautar cualquier atención”.

Publicación relacionada con el contenido

Aunque sólo uno de cada cinco profesionales de la salud posee conocimiento y aptitudes para trasladarlo a los pacientes.

Respecto a la conveniencia de que el médico se pronuncie sobre el tiempo que le queda de vida a un paciente, Josep María Vía, presidente del Consejo Asesor de Memora, defiende la medida (“validada por la OMS”, apunta) puesto que “permite planificar actuaciones en la fase final de la vida”.

Según Vía, en Estados Unidos este asunto se aborda con naturalidad y “el médico informa perfectamente al paciente de todos los pormenores y de lo que hay que planificar.

En España, la muerte es tabú, y “decir que a alguien le queda poco tiempo de vida se entiende como una limitación del esfuerzo terapéutico”.

La falta de formación de los profesionales sanitarios en cuidados paliativos dentro de los planes de estudio universitarios y el deficiente y desigual desarrollo de los programas es una dificultad añadida a la compleja tarea de atender a la persona en la recta final de su existencia.


Conclusiones

Necesidades

Los cambios sociales y el envejecimiento, entre otros, obligan a crear nuevas formas de atención al final de la vida fuera de centros de agudos y la institucionalización.

Voluntad del paciente

Los profesionales deben dar a conocer el documento de voluntades anticipadas para que el enfermo decida qué cuidados quiere recibir cuando carezca de la capacidad volitiva. El paciente debe estar en el centro.

Responsabilidad

El médico tiene la responsabilidad sobre todas las decisiones clínicas, pero cada miembro del equipo multidisciplinar es responsable de su área de atención.

Multidisciplinariedad

Los equipos de cuidados paliativos deben coordinarse entre sus miembros y otros grupos de diferentes niveles asistenciales y ser multidisciplinarios.

Ayuda al duelo

La sociedad actual elimina todo lo que le recuerda a la muerte. Se necesitan nuevas estrategias para superar el duelo y así evitar problemas físicos y psíquicos.

Planificación en el Final de la Vida

Se han eliminado recursos para afrontar la muerte

Hablar de planificación del fin de la vida exige abordar los cuidados paliativos, una atención en la que España tiene mucho que mejorar.

Marcos Gómez destaca que, “el periódico The Economist señala que España es el 14 país europeo en este campo (por delante de Grecia, Portugal, Lituania y Polonia)”, y las consecuencias más dramáticas son “los 60.000 ciudadanos que fallecen en condiciones horrorosas, porque tienen tal nivel de complejidad que necesitan equipos de especialistas para atender a sus necesidades, pero no reciben la atención que merecen”.


Supresión del luto

El ex-presidente de la Secpal califica nuestra sociedad de tanatofobia, que ha borrado todo lo relacionado con la muerte: Se ha suprimido el luto y las costumbres que tenía la sociedad para amortiguar el dolor y acompañar a los sufrientes”, de tal forma que los familiares se encuentran solos con su sufrimiento, “sin nadie que les escuche ni apoye”; y no superar el duelo de una forma sana “se transforma en enfermedades físicas y psíquicas”.

Además, a consecuencia del laicismo de la sociedad, “Se han suprimido los funerales, las novenas, las visitas al cementerio y los pésames, que eran ocasiones en las que la comunidad arropaba a las familias”.

Al no quedar ninguna de esas muletas que ayudaban a superar la muerte, hay que buscar fórmulas alternativas que den apoyo a los familiares, un asunto que Memora está analizando.

Inseguridad legal en las voluntades anticipadas

Un 88 % de los profesionales cree que las voluntades anticipadas generan cierta inseguridad legal y asistencial debido a la variedad, en algunos puntos, entre la ley estatal y las normas autonómicas, según una encuesta en Ippok, la red social de la comunidad sanitaria de Diario Médico y Correo Farmacéutico, a la que contestaron los usuarios durante la semana pasada.

Un 85 % están de acuerdo en que el testamento vital sólo debe ser tomado en cuenta en los casos en los casos que el paciente se encuentre en situación que le impida expresar personalmente su voluntad.

La mayoría (un 94 %) considera que se debería primar la escucha activa del paciente más que las instrucciones previas.

Aún así, el 90 % cree que deben habilitarse más puntos informativos, de inscripción y tramitación de la declaración de voluntades anticipadas en los centros, ya que el escaso número de documentos inscritos en el registro nacional evidencia el desconocimiento sobre la materia.

Por otra parte, un 94 % de los profesionales consideran que no existen suficientes recursos y que la formación de los sanitarios no es la adecuada para gestionar bien la planificación del final de la vida.


Información del Autor
  1. Ángeles Gómez. Diario Médico
  1. Por Alexandre Dulaunoy (Trabajo propio) [CC BY-SA 3.0
  2. Por Enramada (Trabajo propio) [GFDL undefined CC-BY-SA-3.0]
  3. Por DeividJC (https://resipuig.com/) [CC BY-SA 4.0]
  4. Por jennifrog [ CC BY 2.0 indefinido CC BY 2.0 ]
  5. Armada de la India [ CC BY 2.5 en indefinido CC BY 2.5 en ]
  6. https://pxhere.com/es/photo/1354352

Última actualización: [ 07/01/2023 ]


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Esta publicación fue modificada por última vez el 07/01/2023 08:47

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