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Úlceras por presión
Clasificación de úlceras
La clasificación de úlceras se basa en su causa, localización y profundidad. Las úlceras pueden clasificarse en venosas, arteriales, diabéticas y por presión, cada una con características y factores desencadenantes específicos.
Las úlceras venosas, por ejemplo, resultan de una mala circulación en las venas, mientras que las arteriales se deben a la falta de flujo sanguíneo en las arterias. Las úlceras diabéticas son comunes en pacientes con diabetes y afectan principalmente los pies, y las úlceras por presión se desarrollan en áreas de piel sometidas a presión prolongada.
La gravedad se clasifica en etapas, desde superficial hasta profunda, involucrando tejido muscular o hueso. En función de las estructuras anatómicas afectadas, las UPP se pueden clasificar en grados o estadios. A continuación se describe cada grado:
UPP grado o pre-úlcera
La epidermis está intacta, pero aparece en la zona sometida a presión un enrojecimiento (eritema) que desaparece al aliviar la presión.
UPP grado I
La epidermis sigue intacta, pero existe un eritema de más de 15 mm de diámetro que no desaparece cuando se alivia la presión, pudiéndose acompañar de otros signos característicos de un proceso inflamatorio, como: induración, dolor local y calor. Es el primer signo de alarma y nos indica que, si no ceden la presión y otros factores se desarrollara una UPP.
UPP grado II
En este grado, epidermis y dermis se encuentran afectadas. Se caracteriza por la aparición de una equimosis (sangrado interno o “cardenal”), pudiéndose acompañar de la formación de ampollas subepidérmicas de más de 15 mm de diámetro (flictenas). El roce o fricción de la herida facilita el despegamiento y necrosis de la epidermis.
UPP grado III
En este grado ya existe una afectación que profundiza en parte en el tejido subcutáneo. Se caracteriza por la aparición de una placa negruzca de más de 5 mm muy adherida a la piel y al tejido subcutáneo, denominada
escara.
En este estadio, la UPP es muy susceptible de infectarse debido a la facilidad de que cualquier agente patógeno del exterior pase al torrente sanguíneo a través de los capilares que la UPP ha dejado al descubierto. En este estadio, el paciente todavía puede manifestar dolor, ya que aún existen terminaciones nerviosas en la zona.
UPP grado IV o UPP profunda
La lesión ha profundizado hasta el punto de que puede dejar al descubierto músculo, hueso o estructuras de sostén (tendón, articulación, etc.). Los capilares sanguíneos y las terminaciones nerviosas prácticamente han desaparecido, de ahí la característica ausencia de sangrado y dolor.
Las UPP de grado III y IV se pueden acompañar de exudado procedente del proceso inflamatorio y de mal olor causado por la presencia de tejido necrótico o infectado, así como presentar lesiones con forma de cavernas, tunelizaciones o trayectos sinuosos. En cualquiera de los casos, deberá retirarse el tejido necrótico (desbridar) antes de determinar el grado o estadio de la úlcera.
Localizaciones más frecuentes
Las UPP pueden aparecer en cualquier lugar del cuerpo que haya estado sometido a una presión, aunque las localizaciones más frecuentes son las zonas de apoyo que coinciden con prominencias óseas cuando el paciente está encamado.
Agentes causales y factores predisponentes
Las causas determinantes en la aparición de una UPP son:
Exceso de presión
Los capilares sanguíneos, en una situación normal, soportan presiones medias comprendidas entre 16 y 33 mmHg. Cuando la presión es mayor, comienzan a comprimirse y a disminuir el flujo sanguíneo en la zona, pudiendo ocasionar en primera instancia un proceso de tipo inflamatorio a nivel local y, en caso de mantenerse la isquemia durante mayor tiempo, la muerte o necrosis celular.
La formación de una UPP depende tanto de la presión que se ejerce sobre una zona del cuerpo como del tiempo que se mantiene esa presión. En ensayos clínicos se comprobó que una presión de 70 mmHg durante
2 horas o más, produce lesiones isquémicas, demostrándose así que la piel es capaz de soportar presiones elevadas, pero solo durante intervalos cortos de tiempo.
Los motivos principales del exceso de presión durante un tiempo prolongado son:
- Pacientes encamados.
- Puntos de apoyo de sondas y catéteres.
- Fricción: cualquier elemento que produzca pliegues o rozamientos sobre la superficie de la piel durante un tiempo prolongado produce lesiones sobre la misma por el mismo mecanismo que el exceso de presión.
Las causas principales de fricción son:
- Arrastrar a un paciente en una cama o silla cuando se le moviliza.
- Presencia de arrugas en las sábanas.
- Presencia de restos de comida u objetos entre el paciente y la superficie de apoyo.
Combinación de presión y fricción
La combinación de presión y fricción es un factor importante en el desarrollo de úlceras por presión, también conocidas como úlceras por decúbito o escaras. Estas úlceras se producen cuando la piel y el tejido subyacente se dañan debido a una presión constante sobre una determinada área del cuerpo, generalmente en personas que pasan mucho tiempo en la misma posición, como aquellos que están postrados en la cama o en sillas de ruedas. .
La presión prolongada sobre la piel reduce el flujo sanguíneo en la zona afectada, lo que puede llevar a la falta de oxígeno y nutrientes en los tejidos. La fricción y la cizalladura también pueden contribuir al desarrollo de úlceras por presión. Aquí una breve explicación de ambos conceptos:
- Presión: la presión sostenida en una parte del cuerpo, especialmente en áreas óseas como los codos, talones, nalgas, tobillos y la parte posterior de la cabeza, puede aplastar los vasos sanguíneos y dañar los tejidos. Esto puede ocurrir cuando una persona permanece en una posición durante mucho tiempo sin cambiar de posición o sin utilizar dispositivos de alivio de presión como almohadillas o colchones especiales.
- Fricción y cizalladura: la fricción se refiere a la fuerza que actúa en la superficie de la piel cuando se arrastra contra una superficie, como cuando una persona se desliza o es movida en la cama o en una silla. La cizalladura es un tipo de fricción que ocurre cuando las capas de tejido se deslizan unas sobre otras en diferentes direcciones. Ambos pueden dañar la piel y los tejidos subyacentes, lo que aumenta el riesgo de úlceras por presión.
La posición de Fowler produce que el paciente se resbale en la cama, combinando ambos mecanismos.
Prevención
Para prevenir las úlceras por presión, es fundamental seguir las siguientes recomendaciones:
- Aliviar la presión en las áreas vulnerables.
- Cambiar la posición del paciente con regularidad.
- Utilizar dispositivos de alivio de presión como colchones especiales y cojines.
- Mantener la piel limpia y seca.
- Minimizar la fricción y el cizallamiento mediante técnicas adecuadas de movilización y cuidado de la piel.
Gracias por leer Clasificación y localización de úlceras por presión UPP !!!
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Última actualización: [26/08/2024]