Contenido
Los pacientes que están en cama pueden adoptar diversas posiciones en función de un plan de cambios posturales; realización de técnicas de exploración médica; intervenciones quirúrgicas o simplemente, de buscar la mayor comodidad posible para el paciente.
Las posiciones más habituales en las que se puede acomodar a un paciente se han dividido clásicamente en no quirúrgicas y quirúrgicas, aunque en cualquiera de ellas se pueden realizar determinadas técnicas quirúrgicas.
Estas posiciones, aunque se pueden usar para técnicas quirúrgicas y exploraciones, se emplean habitualmente para la estancia del paciente en la cama durante largos períodos de tiempo, planificando un plan de cuidados en el que se procura que la presión producida en ciertos puntos debido a la postura no llegue a producir lesiones. Además, se busca el mayor confort para el paciente. Todo ello es lo que se conoce como plan de cambios posturales.
Estos cambios deben ser planificados por el equipo de enfermería siguiendo las necesidades del paciente y teniendo en cuenta las limitaciones propias de su patología. El objetivo fundamental de estos cambios posturales es limitar el tiempo que una zona concreta del cuerpo se encuentra comprimida debido al peso del propio cuerpo, pues esta presión produce una reducción de la circulación sanguínea y, por lo tanto, anoxia en los tejidos, ocasionando necrosis y úlceras.
El tiempo aconsejado para que un paciente esté en una misma posición es de 2 o 3 horas como máximo para evitar estas complicaciones. Este será el tiempo que se tendrá en cuenta a la hora de planificar un plan de cambios posturales, en el que se irá alternando las siguientes posturas:
El paciente está acostado sobre su espalda, los miembros extendidos en una posición cómoda y con las manos en pronación; es decir: con las palmas apoyadas en la cama. En el caso de un plan de cambios posturales en el que el paciente pase en la misma posición un tiempo determinado, se pueden colocar elementos de apoyo y descargas para conseguir una buena alineación y reducir la presión en zonas de riesgo. Entre dichos elementos se encuentran:
El pie equino es una patología derivada de la inmovilidad y el mal posicionamiento de los pies, en los que se produce una atrofia y retracción de los gemelos que ocasiona que el paciente no pueda plantar el pie completamente y le obliga a caminar apoyando únicamente la parte anterior del mismo, lo que recuerda a la forma de los pies (en este caso, pezuñas) de los caballos.
El paciente está acostado sobre un lateral; la pierna inferior está extendida y la superior ligeramente adelantada y flexionada; el hombro inferior levemente adelantado, para que no se cargue el peso sobre él, y con el brazo extendido o flexionado; por último, el brazo superior adelantado y en flexión para que no apoye sobre el tórax. Como apoyos y descargas se pueden utilizar:
El paciente está tumbado sobre su tórax y abdomen con la cabeza hacia un lado y las piernas estiradas. Los brazos pueden estar estirados a lo largo del cuerpo o flexionados por los codos con las palmas de las manos hacia abajo. Como apoyos y descargas se colocan:
La posición Sims es una posición intermedia entre el decúbito lateral y el decúbito prono en la que el paciente está tumbado a unos 45° entre estas dos posturas y se apoya sobre el lateral del tórax y la parte anterior de la cadera.
El brazo inferior se encuentra extendido hacia atrás con la palma de la mano hacia arriba y el brazo superior en flexión con la palma de la mano hacia delante y ligeramente separado del cuerpo. La pierna inferior está estirada o en ligera flexión y la pierna superior en flexión más adelantada que la inferior. Como apoyos y descargas se pueden colocar:
El paciente se encuentra en decúbito supino con la cabecera de la cama elevada a 45°, los brazos sobre el abdomen o a los lados, encima de una almohada, y las piernas extendidas en ligera flexión. Esta es la posición en la que el paciente pasa la mayor parte del tiempo si no hay contraindicaciones. Como apoyos y descargas se colocan:
Existen dos variaciones sobre esta posición ; ellas son:
Las posiciones quirúrgicas se emplean fundamentalmente para exploraciones médicas o para facilitar el acceso quirúrgico. Por lo tanto, una vez terminada la exploración, se deberá posicionar al paciente en cualquiera de las posiciones vistas anteriormente. Puesto que la tensión y la presión realizadas se producen durante un corto período de tiempo, no hay riesgo de que se produzcan lesiones, por lo que habitualmente no es necesario utilizar almohadas en estas posiciones.
Entre las posiciones más conocidas se encuentran:
Para colocar a la paciente en esta posición, se parte de un decúbito supino, habitualmente con las manos sobre el abdomen, aunque la paciente puede ponerlas donde le sea más cómodo, siempre que no interfiera con la exploración que se va a realizar. Si se cuenta con una mesa ginecológica, las piernas se flexionan por la cadera y las rodillas, separadas entre sí y se sujetan en unos soportes denominados estribos para que la paciente descanse las piernas en ellos y pueda mantener la postura.
Si la paciente está en una cama normal, las piernas se hallarán separadas y flexionadas, con los pies apoyados en la cama.
Para realizar esta posición, se colocará al paciente en decúbito supino y se levantara los pies de la cama de manera que el paciente quede en un plano inclinado con la cabeza más baja que los pies. Una variante de esta posición es situar al paciente con las rodillas flexionadas en el borde de la cama, dejando las piernas colgando a este nivel para que el paciente no se resbale hacia abajo.
El paciente se sitúa en decúbito supino, en un plano inclinado, con la cabeza más alta que los pies, es decir la posición contraria al Trendelemburg.
En esta posición, el paciente se apoya sobre sus rodillas manteniendo el pecho sobre la cama y la cabeza ladeada. Los brazos se colocan como resulte más cómodo. Es muy importante tener en cuenta la intimidad del paciente, así como mantenerlo de esta forma el menor tiempo posible, ya que puede resultar incomodo o vergonzoso para el paciente.
Se coloca al paciente en decúbito supino con la cabeza colgando, sobresaliendo por el borde superior de la cama. Si no se puede quitar el cabecero de la cama, se pone al paciente en oblicuo, siguiendo la diagonal de la cama, con la cabeza sobresaliendo por un lateral.
La punción lumbar es una prueba muy habitual en la que un correcto posicionamiento del paciente resulta fundamental para alcanzar el éxito. Existen dos posibilidades para esta posición:
Última actualización: [27/02/2024]
Esta publicación fue modificada por última vez el 01/04/2024 11:02
Nuestro cuerpo al viajar en avión Al viajar en avión, nuestro cuerpo experimenta una serie de cambios y efectos debido… Leer más
Boost Your Performance: 4 Essential Speed and Agility Exercises for Athletes Are you a basketball player needing to make quick… Leer más
Huesos del Cráneo Explorando la Estructura y Función: Huesos del Cráneo El cráneo, es una estructura distintiva y vital del… Leer más
Angina de pecho La angina significa dolor en el pecho; se produce por la reducción del flujo sanguíneo hacia el… Leer más
Medición de la temperatura rectal La temperatura rectal se usa en los lactantes y los niños menores de 3 años.… Leer más
Ampicilina Sulbactam Descripción del fármaco Presentación: Sulbactam. Inyección, polvo para reconstituir: 1,5 g: (ampicilina 1 g y sulbactam 0,5 g).… Leer más