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La descomposición humana
Signos más evidentes de putrefacción en el cuerpo humano
Cuando una persona muere, su propio cuerpo sufre una serie de modificaciones y alteraciones. Entre las más destacadas se pueden mencionar:
Signos de palidez (emblanquecimiento de la piel)
La piel va perdiendo tonalidad, debido a la pérdida progresiva de sangre (provocando posteriormente la lividez cadavérica).
La piel pierde tonalidad y es el primer signo evidente de descomposición del cuerpo humano.
Pérdida de calor corporal
La temperatura baja, en especial, en brazos y pies. Aunque algunos procesos de fermentación derivados de la descomposición del cuerpo pueden provocar que las temperaturas corporales generales se mantengan incluso pasadas varias horas desde el fallecimiento de la persona.
Deshidratación
Se produce debido a que se detiene las funciones del torrente sanguíneo, provocando que la piel empiece a tornarse seca.
Rigidez muscular
El fenómeno conocido como ‘lividez cadavérica’, básicamente la lividez consiste en la acumulación de la sangre en determinadas zonas debido a la gravedad, la principal consecuencia visible de esto es el enrojecimiento de determinadas partes (por ejemplo, si el cadáver está tumbado boca arriba la sangre se acumulará en su espalda, por lo que esta se tornará en un color rojo).
Hipóstasis cadavérica
Debido a la acumulación pasiva de sangre en las vísceras (intestinos, cerebro, pulmones…), algunas zonas como las manos o pies del difunto se tornan de un color azul.
Lividez cadavérica
Se produce por acumulación a favor de gravedad de líquidos de tejido sanguíneo en ciertas partes del cuerpo.
Serán como moretones que dependiendo del momento en que se produzcan respecto a la hora de la muerte podrán ser permanentes o no permanentes, pero después de 24 horas del fallecimiento dejan en todo caso de producirse.
Deshidratación
Se produce por un fallo en la circulación sanguínea, los tejidos absorben los líquidos por lo que el aspecto deshidratado se hace muy fuerte. Eso lleva también al aspecto acartonado de la piel que aumenta y refuerza la palidez.
Rigidez
Es natural que los músculos tiendan a contraerse por la falta de riego sanguíneo, aunque este cambio será momentáneo pues más tarde recuperarán la laxitud.
Signos de destrucción
Estos signos son los últimos en aparecer y se refieren en su versión menos dramática a la pérdida de funcionalidad de algunos músculos que producen descolgamientos, como por ejemplo en párpados o mandíbula, y en las fases más avanzadas el cuerpo sufre de pérdida de fluidos y signos evidentes de putrefacción.
Más alteraciones
El cuerpo tiende a encogerse debido a la pérdida progresiva de líquidos, por lo que partes como las uñas o el pelo (especialmente el vello de la barbilla) dan la sensación de volverse más largos, esto es a causa del proceso de retroceso de la propia piel debido a la deshidratación.
Enfriamiento cadavérico
La temperatura baja, por lo que el cuerpo enfría rápidamente notándose de forma especial en las extremidades como manos y pies.
El enfriamiento cadavérico es inmediato al momento del fallecimiento puede suceder que con la descomposición del cadáver se produzcan fermentaciones que de forma muy local mantenga una temperatura distinta del resto del cuerpo, pero es evidentemente algo temporal e inestable.
El cadáver irá evolucionando hasta su destrucción total quedando, al terminar el proceso, solo los huesos que pueden mantenerse por mucho tiempo (dependiendo de las condiciones).
La descomposición humana
Información del autor
- Tanatoestética y Tanatopraxia
- Imagen: aprendiendoapyc
Última actualización: [16/08/2024]