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Morfina: Descripción del Fármaco
Presentación: Ampollas: 10 mg/ml; Jarabe (preparado magistral): 0,1% (1 mg/ml), 0,3% (3 mg/ml), 1% (10 mg/ml)
Nombres comerciales: Amidiaz; M. Kilab; M. Norgreen; Neocalmans; Preparado magistral (solución acuosa de liberación inmediata).
Acciones
- Agonista de opiáceos.
- Analgesico.
- Actúa sobre los receptores opiáceos en el SNC.
- El sulfato de morfina es el estándar contra el cual se miden la eficacia y las reacciones adversas de otros medicamentos para el dolor.
La morfina alivia la dificultad respiratoria en el paciente con edema pulmonar (líquido en los pulmones) o insuficiencia cardíaca izquierda (incapacidad del corazón para bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del cuerpo). Lo hace por medio de la dilatación de los vasos sanguíneos periféricos, manteniendo más sangre en la periferia y disminuyendo la precarga cardíaca.
Indicaciones
- Dolor agudo y crónico, moderado o severo.
- Tratamiento sintomático de disnea.
- Crisis de disnea y cianosis.
- A veces se prescribe para controlar la diarrea y suprimir la tos.
- Opiáceo fuerte.
Vía de administración
La morfina se puede administrar por cualquier vía, aunque la administración por inhalación es infrecuente.
- V.O.
- E.V.
- I.M.
- S.C.
- Rectal.
- Transmucosa.
- Intratecal.
Administración
- V.O.: Dosis inicial 0,1 mg/kg cada 4 hs.
- I.V.; S.C.; I.M.: 0,05 mg/kg cada 4 hs.
- Infusión continua: 0,1 mg/kg/hora.
- >60 kg:Dosis inicial V.O.: 10 mg cada 4 hs (no tiene dosis tope)
- I.V.: 5 mg cada 4 hs. Aumentar la dosis 50% cada vez hasta alcanzar dosis efectiva.
Valoración inicial de enfermería
- Obtener una evaluación inicial del dolor del paciente y reevaluar con frecuencia para determinar la eficacia del fármaco.
- Evaluar el estado respiratorio del paciente antes de cada dosis.
- Vigilar si se presenta una frecuencia respiratoria por debajo del nivel de referencia del paciente e inquietud, que pueden ser signos compensatorios de hipoxia. La depresión respiratoria puede durar más tiempo que el efecto analgésico.
- Valorar al paciente en busca de otras reacciones adversas.
- Observar al paciente en relación con la tolerancia y la dependencia al fármaco.
- El primer signo de tolerancia a la morfina es, por lo general, la duración reducida del efecto.
- Controlar al paciente para detectar efectos adversos como: sedación, euforia, convulsiones, mareos, pesadillas, bradicardia, shock, paro cardíaco, náuseas, estreñimiento, vómitos, trombocitopenia y depresión respiratoria.
- Mantener disponible un antagonista de opiáceos (naloxona) y un equipo de reanimación.
Claves del diagnóstico enfermero
- Dolor agudo relacionado con el trastorno subyacente.
- Patrón de respiración ineficaz asociado con el efecto depresor en el aparato respiratorio
- Conocimientos deficientes relacionados con el tratamiento farmacológico.
Planificación de los resultados deseados
- El paciente reconoce una disminución del dolor.
- Durante el tratamiento, el paciente mantiene una función respiratoria adecuada.
- El paciente y su familia refieren comprender el propósito de la medicación y su efecto.
Implementación del tratamiento
- Mantener disponibles los equipos de reanimación y un antagonista de opiáceos (naloxona).
- I.V: administrar la forma I.V. del fármaco mediante inyección lenta, de preferencia en una solución diluida. La inyección I.V. rápida aumenta el riesgo de efectos adversos.
- Inyección I.M o S.C: administrar con cuidado a los pacientes con recuentos de plaquetas bajos o escalofríos, hipovolémicos o en estado de shock; la perfusión reducida puede llevar a la acumulación y toxicidad del fármaco.
- Alternar los sitios de inyección para evitar la induración.
- Vigilar con cuidado la concentración de la solución al medir una dosis.
- Existen soluciones orales de diferentes concentraciones.
- Para una mayor eficacia, administrar el medicamento en un horario de dosificación regular, y no por razón necesaria.
- Instituir medidas de seguridad.
- Alentar a un paciente postoperatorio a girar, toser y respirar profundamente cada 2 h para evitar la atelectasia.
- En caso de irritación gastrointestinal, dar el fármaco V.O. con alimentos.
- Considerar que los síntomas de abstinencia, incluyendo temblores, agitación, náuseas y vómitos; pueden ocurrir si el fármaco se detiene abruptamente.
- Vigilar cuidadosamente al paciente en busca de estos signos y síntomas, y ofrecer terapia de apoyo.
Evaluación de la eficacia del tratamiento
- El paciente declara que el dolor ha cesado.
- El individuo mantiene una ventilación adecuada, según lo evidenciado por la frecuencia respiratoria y el ritmo normal, así como el color normal de la piel.
- El paciente y su familia demuestran comprender el tratamiento farmacológico.
Efectos adversos
- Depresión respiratoria.
- Náuseas.
- Vómitos.
- Constipación.
- Retención urinaria.
- Miosis.
- Hipotensión.
- Contracción del esfínter de Oddi.
- Embotamiento mental.
- Prurito.
- Rash.
- Eleva la presión intracraneana.
- Puede agravar los efectos de la isquemia cerebral o espinal.
- Puede desencadenar crisis asmáticas en pacientes anestesiados.
- Deprime la tos y el reflejo de la respiración.
Observaciones
- Es recomendable asociar un AINE.
- Recordar que el dolor neuropático responde parcialmente a los opiáceos (asociar adyuvantes).
- Equivalencia analgésica: 1 mg de morfina I.V. = 2 mg de morfina V.O.; 1 mg de morfina I.V. = 10 µg de fentanilo
Capacitación sobre la morfina
Cuando se prescribe morfina es importante revisar los siguientes puntos con el paciente y sus cuidadores:
- Tomar el fármaco exactamente según lo prescrito.
- Llamar al médico si no se obtiene el efecto deseado o se experimentan reacciones adversas significativas.
- Recordar que el sulfato de morfina (MSO4) puede confundirse con el sulfato de magnesio (MgSO4).
- Verificar las abreviaturas o usar el nombre completo del fármaco para evitar confusiones.
- La morfina se clasifica como de categoría C en el embarazo y aparece en la leche materna; por lo general, los médicos recomiendan esperar 4-6 h después de la ingestión para amamantar.
Consultas frecuentes de nuestros usuarios
Morfina intravenosa
La morfina intravenosa es un potente analgésico opioide utilizado para el tratamiento del dolor moderado a severo en entornos hospitalarios. Se administra directamente en el torrente sanguíneo a través de una vena, lo que permite un inicio de acción rápido (generalmente en 5-10 minutos) y un efecto máximo en unos 20 minutos.
La dosis se ajusta cuidadosamente según la intensidad del dolor y la respuesta individual del paciente, y se administra lentamente para minimizar los efectos secundarios. Debido a su potencial de depresión respiratoria y otros efectos adversos, la morfina intravenosa requiere una estrecha monitorización del paciente, incluyendo la frecuencia respiratoria, el nivel de sedación y los signos vitales.
Su uso está restringido a profesionales de la salud capacitados y se emplea comúnmente en situaciones de dolor agudo, postoperatorio, oncológico o en cuidados paliativos.
Morfina en gotas
La morfina en gotas es una forma líquida de administración oral de este potente analgésico opioide. Algunos puntos clave sobre la morfina en gotas son:
- Concentración: Generalmente se presenta como una solución de 2 mg/mL o 20 mg/mL.
- Dosificación: 1 mL de la solución equivale aproximadamente a 24 gotas. Esto facilita una dosificación precisa, especialmente para ajustes de dosis pequeñas.
- Inicio de acción: Al ser una formulación líquida, tiene un inicio de acción relativamente rápido en comparación con las formas sólidas orales.
- Uso: Se utiliza principalmente para el tratamiento del dolor moderado a severo, especialmente en pacientes con cáncer o en cuidados paliativos.
- Administración: Puede tomarse directamente o mezclarse con una pequeña cantidad de líquido o alimento blando.
- Ventajas: Es útil para pacientes que tienen dificultad para tragar comprimidos o cápsulas, y permite ajustes de dosis más flexibles.
- Precauciones: Como con todas las formas de morfina, se debe tener cuidado con la dosificación para evitar sobredosis accidentales.
- Efectos secundarios: Pueden incluir estreñimiento, náuseas, somnolencia y, en dosis altas, depresión respiratoria.
Es importante que la morfina en gotas sea administrada exactamente como lo prescribe el médico, y que se mantenga fuera del alcance de los niños debido a su potencia.
Efectos secundarios de la morfina en pacientes con cáncer
La morfina, aunque es eficaz para el control del dolor en pacientes con cáncer, puede provocar diversos efectos secundarios que requieren monitorización y manejo cuidadoso. Los efectos secundarios más comunes incluyen: estreñimiento, náuseas y vómitos, somnolencia, confusión y mareos.
El estreñimiento es particularmente frecuente y persistente, por lo que generalmente se recomienda el uso profiláctico de laxantes. Otros efectos pueden incluir sequedad de boca, sudoración, picazón, retención urinaria y, en casos más graves, depresión respiratoria.
La tolerancia a muchos de estos efectos suele desarrollarse con el tiempo, excepto el estreñimiento. Es importante destacar que el riesgo de adicción en pacientes con cáncer que usan morfina para el dolor es bajo cuando se administra adecuadamente.
El ajuste cuidadoso de la dosis, la rotación de opioides cuando sea necesario y el manejo proactivo de los efectos secundarios son estrategias clave para optimizar el uso de morfina en el tratamiento del dolor oncológico.
Morfina 30
La morfina de 30 mg, es un analgésico opioide potente utilizado para el tratamiento del dolor de moderado a intenso, especialmente en pacientes que no responden a analgésicos no opioides. Se presenta en varias formas, incluyendo comprimidos de acción prolongada y de acción rápida, así como en soluciones inyectables.
La morfina actúa como un agonista de los receptores opioides µ en el sistema nervioso central, lo que ayuda a aliviar el dolor severo asociado con condiciones como el dolor crónico maligno y el dolor postoperatorio.
Sin embargo, el uso de morfina puede estar asociado con varios efectos secundarios, como estreñimiento, náuseas, vómitos, somnolencia, confusión y riesgo de depresión respiratoria. Además, su uso prolongado puede llevar a la tolerancia y dependencia física.
Es crucial que la administración de morfina sea supervisada por profesionales de la salud, quienes ajustarán la dosis según la respuesta del paciente y controlarán cualquier efecto adverso. En pacientes con cáncer, la morfina puede ser una herramienta esencial para el manejo del dolor, mejorando significativamente la calidad de vida cuando se utiliza de manera adecuada y con monitoreo constante.
Morfina para gatos
La morfina no se utiliza comúnmente en gatos debido a sus efectos secundarios potencialmente graves en esta especie. Los gatos son particularmente sensibles a los opioides y pueden experimentar excitación paradójica, midriasis (dilatación de las pupilas), hipertermia y otros efectos adversos.
En su lugar, los veterinarios suelen preferir otros analgésicos más seguros y efectivos para gatos, como el buprenorfino, la metadona o el fentanilo, dependiendo de la intensidad del dolor y la condición del animal.
Cuando se considera necesario usar morfina en gatos, se hace bajo estricta supervisión veterinaria, con dosis muy cuidadosamente calculadas y con monitorización constante del animal para detectar cualquier reacción adversa. Es crucial nunca administrar medicamentos a humanos, incluida la morfina, a los gatos sin prescripción y supervisión veterinaria.
Información del autor
- file:///C:/Users/loren/Downloads/Enfermeria/12-Coleccion-Lippincott-Enfermeria-Farmacologia.pdf
- https://web.archive.org/web/20161029160938/https://www.garrahan.gov.ar: 80/vademecum/vademec.php?
- https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Morphine_vial.JPG
- Autor de la imagen: Vaprotan- Trabajo propio
- https://web.archive.org/web/20181018172556/
- Lorena Plazas. Lic. en enfermería. Trabajo propio.
Última actualización: [13/08/2024]