Jürgen Habermas: Lo que la Ciencia no quiere que sepas
Jürgen Habermas
Este articulo esta relacionado al plan de estudios de la asignatura Filosofía y Enfermería; correspondiente a la Carrera de Licenciatura de Enfermería; Primer Semestre; Unidad 7; Universidad Nacional Autónoma de México; Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia
Introducción: Más Allá de la Ciencia Tradicional
Desde sus orígenes, la filosofía ha tratado de responder a las grandes preguntas del ser humano. A lo largo de la historia, muchas corrientes filosóficas han intentado explicar el conocimiento, pero han chocado con una barrera impuesta por el cientificismo. ¿Es el conocimiento sólo aquello que se puede medir, verificar y comprobar empíricamente?
Jürgen Habermas, uno de los filósofos más influyentes del siglo XX, desafió esta idea en su obra Conocimiento e Interés. En ella, critica la visión positivista de la ciencia y plantea una alternativa revolucionaria: el conocimiento no solo se genera a través de la razón y la evidencia empírica, sino también a través de la comunicación y la experiencia social.
La Gran Falacia del Positivismo
El positivismo sostiene que todo conocimiento válido debe basarse en la observación empírica y la verificación científica. Bajo este modelo, el conocimiento se reduce a hechos demostrables, descartando todo lo que no pueda ser medido. Para Habermas, esta visión es peligrosamente limitada.
Él argumenta que el conocimiento no es solo una cuestión de demostrar lo que es “verdadero o falso”. Existen dimensiones del conocimiento que van más allá de la comprobación científica, como el lenguaje, la cultura y la interacción social. Ignorar estas dimensiones significa descartar una parte esencial de lo que hace humano al conocimiento.
Conocimiento e Interés: La Teoría de Habermas
Habermas propone que el conocimiento está impulsado por tres tipos de intereses fundamentales:
- Interés Técnico: Se relaciona con el control y la predicción de fenómenos naturales. Este es el tipo de conocimiento que domina la ciencia tradicional.
- Interés Práctico: Se basa en la comunicación y la interacción humana. Aquí entra en juego el lenguaje y la comprensión mutua entre los individuos.
- Interés Emancipador: Es el conocimiento que libera al ser humano de estructuras opresivas, permitiéndole reflexionar sobre su propia realidad y transformarla.
Según Habermas, el problema es que la sociedad actual está dominada por el interés técnico , dejando de lado el conocimiento práctico y emancipador. Esto ha llevado a una visión reduccionista del saber, en la que sólo lo verificable y medible tiene valor.
La Revolución del Conocimiento: Más Allá de los Hechos
Habermas propone un cambio radical: el conocimiento debe incluir la experiencia comunicativa y la autorreflexión. Es decir, el conocimiento no solo se adquiere mediante la observación y el experimento, sino también a través del diálogo, la interpretación y la interacción social.
Aquí es donde entra en juego la acción comunicativa, un concepto clave en la teoría de Habermas. En lugar de ver el conocimiento como algo estático, derivado únicamente de la razón, él lo entiende como un proceso dinámico, construido en la interacción con otros.
Paul Ricoeur, otro importante filósofo, profundiza en la obra de Habermas y resalta cómo su teoría rompe con el paradigma positivista. Ricoeur enfatiza que el conocimiento no puede ser solo un conjunto de hechos verificables, sino que debe incluir también la dimensión simbólica, histórica y cultural de la experiencia humana.
Conclusión: El Conocimiento como Herramienta de Liberación
Habermas no sólo critica el positivismo, sino que ofrece una alternativa que coloca al ser humano en el centro del conocimiento. Su teoría sugiere que para comprender verdaderamente el mundo, no basta con los métodos científicos tradicionales; es necesario incluir la comunicación, la interpretación y la autorreflexión.
Esto tiene implicaciones profundas en nuestra sociedad actual, donde el conocimiento está cada vez más fragmentado y dominado por la ciencia empírica. La obra de Habermas nos invita a repensar lo que consideramos “conocimiento” ya recuperar la capacidad crítica y reflexiva que la ciencia, en su afán de medirlo todo, ha intentado dejar de lado.
En última instancia, el conocimiento no solo debe servir para entender el mundo, sino también para cambiarlo . Y eso es algo que la ciencia tradicional muchas veces olvida.
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Fuentes consultadas
Última actualización: 14/03/2025