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La nutrición es involuntaria, y la alimentación es voluntaria; la nutrición no es educable (desde un punto de vista empoderativo o del día a día, aunque sí es en cierto modo modificable a largo plazo, siendo más una cuestión clínica) y la alimentación sí lo es.
La Nutrición Comunitaria estudia (vigila) la salud con respecto a cambios en la nutrición de las personas, como puede ser la Diabetes Mellitus Tipo 2, o cómo el entorno modificará de alguna forma la nutrición (involuntaria) de las personas, que es lo que puede terminar enfermándolas de forma directa (alimentación, nutrientes) o indirecta (medio ambiente, entorno).
La educación alimentaria es lógicamente una de las herramientas que tendrá la nutrición comunitaria, por lo que en muchas ocasiones será como se vertebren sus acciones. Pero no se debe denominar “educación nutricional” o “alimentación comunitaria” de forma indistinta, ni como en este último caso cuando se venga a querer decir en realidad “restauración colectiva”.
El cuerpo humano requiere de diversos principios nutricionales para mantener una dieta sana y equilibrada. Estos principios incluyen proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas, minerales y agua. Una dieta equilibrada debe aportar todos estos nutrientes en las proporciones adecuadas para cubrir las necesidades energéticas y nutricionales del organismo.
El proceso de digestión involucra varios órganos y mecanismos que trabajan juntos para descomponer los alimentos en moléculas más pequeñas que el cuerpo puede absorber y utilizar. El proceso de digestión comienza en la boca, donde los alimentos se mezclan con la saliva y se descomponen mecánicamente mediante la masticación.
La saliva contiene una enzima llamada amilasa que inicia la digestión de los carbohidratos. Luego, la comida pasa a través del esófago y ingresa al estómago, donde se mezcla con los ácidos del estómago y las enzimas que continúan el proceso de digestión.
Los ácidos del estómago ayudan a descomponer las proteínas, mientras que las enzimas ayudan a descomponer los carbohidratos y las grasas. Los alimentos parcialmente digeridos luego pasan al intestino delgado, donde tiene lugar la mayor parte de la digestión y absorción de nutrientes.
El intestino delgado está revestido con pequeñas proyecciones en forma de dedos llamadas vellosidades, que aumentan la superficie de absorción. Las paredes del intestino delgado también contienen enzimas que descomponen aún más los carbohidratos, las proteínas y las grasas en moléculas más pequeñas que pueden absorberse en el torrente sanguíneo.
Los restos de comida no digerida luego pasan al intestino grueso, donde se absorben agua y electrolitos, y los desechos restantes se almacenan hasta que se eliminan del cuerpo.
El proceso de digestión involucra varios órganos y mecanismos que trabajan juntos para descomponer los alimentos en moléculas más pequeñas que el cuerpo puede absorber y utilizar. El proceso comienza en la boca y continúa a través del estómago, el intestino delgado y el intestino grueso, y la mayor parte de la digestión y absorción tiene lugar en el intestino delgado.
La cantidad de alimentos necesaria para cada persona varía según la edad, sexo, peso, talla y nivel de actividad física. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) brinda recomendaciones generales para la ingesta diaria de alimentos, que incluyen:
Es importante tener en cuenta que estas son recomendaciones generales y las necesidades individuales pueden variar. Además, la cantidad de alimentos consumidos debe equilibrarse con el nivel de actividad física para mantener un peso saludable.
En cuanto a alimentos específicos, los más consumidos en el mundo son arroz, maíz, trigo y patatas. Estos alimentos aportan carbohidratos, que son la principal fuente de energía del organismo. Sin embargo, es importante consumir una variedad de alimentos para asegurar una ingesta adecuada de todos los nutrientes necesarios.
La cantidad de alimentos necesaria para cada persona varía, pero las recomendaciones generales para la ingesta diaria de alimentos incluyen cereales, verduras, frutas, leche y productos lácteos, carne, aves, pescado, huevos y grasas y aceites.
Es importante consumir una variedad de alimentos para asegurar una ingesta adecuada de todos los nutrientes necesarios y equilibrar la ingesta de alimentos con el nivel de actividad física para mantener un peso saludable.
Los alimentos más habituales contienen una proporción variada de los principios nutricionales básicos, que incluyen hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas, sales minerales y agua. Estos nutrientes son esenciales para el funcionamiento normal del organismo y deben ser consumidos en cantidades adecuadas para mantener una buena salud y bienestar.
Los alimentos comunes como cereales, frutas, verduras, carnes, lácteos y grasas proporcionan una combinación de estos nutrientes en diferentes proporciones, lo que contribuye a cubrir las necesidades nutricionales del cuerpo.
Última actualización: 17/04/2024
Soy Lorena Plazas, licenciada en Enfermería y profesora en esta área. Con experiencia en Unidad de Cuidados Intensivos y Urgencias, también soy autora de la web “Enfermería Buenos Aires” y redactora de artículos académicos. Mi pasión radica en ofrecer cuidados humanizados y mejorar constantemente mis habilidades para brindar la mejor atención posible. ¡Gracias por estar aquí!
Esta publicación fue modificada por última vez el 19/04/2024 17:51
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