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Phil Barker
«Las enfermedades mentales o los trastornos psiquiátricos son “problemas de la vida humana”: las personas encuentran que es difícil vivir consigo mismos o vivir con otros en el mundo social. Una idea simple que se complica cuando intentamos comprometernos con ello. Las enfermeras intentan ayudar a las personas a abordar estos problemas para vivir, en un intento de sobrevivir con ellos. Otra simple idea que se complica a nivel de la práctica. Todo es paradoja»
Phil Barker, nacido en Escocia cerca del mar, encontró en el agua una metáfora clave de la vida, influenciado por su padre y abuelo, quienes le inculcaron el valor de la educación y la disciplina. Barker se formó en pintura y escultura durante los años 60 y ganó el premio Pernod en 1974, aunque ya ejercía como enfermero en psiquiatría.
La escuela de arte, donde se interesó en las filosofías orientales, lo inspiró a ver la enfermería como “el arte de cuidar”. A partir de 1970, trabajando como auxiliar en un hospital psiquiátrico, descubrió su fascinación por la experiencia humana, lo cual lo llevó a estudiar y practicar psicoterapias como la terapia cognitivo-conductual y la terapia familiar y grupal. Su curiosidad por el ser humano y su deseo de comprender el sufrimiento y la recuperación en sus pacientes moldearon su investigación y dieron origen al modelo de la marea.
El modelo de la marea es un enfoque filosófico orientado hacia la recuperación de la salud mental, más que un método de tratamiento tradicional de la enfermedad mental. Ofrece una perspectiva particular del mundo, ayudando a la enfermera a entender lo que la salud mental puede significar para cada persona y cómo puede apoyarla en su complejo camino hacia la recuperación.
No se enfoca en soluciones prescriptivas, sino en principios llamados “los 10 compromisos”, que funcionan como una guía para que el profesional adapte su respuesta a las necesidades individuales y contextuales del paciente.
Este modelo utiliza metáforas universales y significativas culturalmente relacionadas con el agua y el mar, simbolizando los aspectos esenciales del estrés humano. La metáfora central se inspira en la teoría del caos, comparando la naturaleza imprevisible y en constante cambio de la conducta humana con el flujo del agua.
Barker resalta que tanto la experiencia humana como el entorno externo están interrelacionados de forma compleja. La teoría del caos sugiere límites a lo que podemos conocer, alentando a las enfermeras a aceptar la incertidumbre como parte de la realidad ya valorar los pequeños cambios que, con el tiempo, pueden generar transformaciones significativas.
Los diez compromisos: valores esenciales del modelo de la marea
El modelo de la marea es un enfoque basado en valores para apoyar a personas en situaciones de malestar emocional, promoviendo un compromiso de cambio entre el cuidador y el paciente. Estos valores se articulan en diez compromisos que guían al profesional en su práctica, buscando siempre honrar la voz y la experiencia del paciente.
- Valorar la voz: La historia de la persona es central, expresada en su propio lenguaje, sin imponer interpretaciones externas.
- Respetar el lenguaje: El paciente debe usar su propio lenguaje para expresar sus experiencias, evitando el tecnicismo profesional.
- Desarrollar curiosidad genuina: Implica interés sincero en la experiencia única del paciente, no solo en sus síntomas.
- Llegar a ser el aprendiz: Reconocer al paciente como el experto en su historia, permitiendo que el profesional aprenda y lo guíe desde su perspectiva.
- Utilizar herramientas propias y compartidas: Aprovechar las experiencias pasadas de la persona y, si es necesario, herramientas profesionales para apoyar su proceso de recuperación.
- Trabajar paso a paso: Identificar el primer paso hacia el cambio, avanzando juntos en el “aquí y ahora”.
- Dar el don del tiempo: Valorar el tiempo compartido en la comunicación como esencial en el proceso de ayuda.
- Revelar la sabiduría personal: Ayudar al paciente a valorar sus propias experiencias y sabiduría.
- Aceptar el cambio constante: Reconocer que el cambio es natural y acompañar a la persona en su adaptación positiva.
- Ser transparente: Fomentar una relación de confianza mutua a través de la claridad y la colaboración en cada paso del proceso de recuperación.
Estos compromisos se basan en la idea de que el cuidado debe ser colaborativo y respetuoso, con el profesional adoptando una postura de aprendizaje y el paciente manteniendo el protagonismo en su proceso de recuperación. Estos compromisos fortalecen la relación entre el cuidador y el paciente, centrando la recuperación en el respeto, la autenticidad y el avance conjunto.
Información del Autor
Fuentes consultadas
- Martha Raile Alligood; Ann Marriner Tomey; 2011; Modelos y teorías en enfermería; Séptima
edición; MMX by Mosby. - https://www.academia.edu/16407356/teor%C3%ADas_y_modelos_de_enfermeria?email_work_card=thumbnail
Última actualización: [25/10/2024]