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UTI Unidad de Cuidados Intensivos y Coronarios

Causas de fiebre en la UCI – ⚡ 7 Causas Comunes de Fiebre

Tiempo de lectura: 8 minutos

Causas de fiebre en la UCI

La fiebre es una respuesta fisiológica común en los pacientes ingresados ​​en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Aunque puede ser un signo de infección, también puede tener otras causas no infecciosas, lo que complica el diagnóstico y manejo clínico.

Este artículo detalla las principales causas de fiebre en la UCI, ofreciendo una visión integral y académica para médicos, enfermeros y profesionales de la salud interesados ​​en el manejo de pacientes críticos.

Fiebre en la UCI

La fiebre en la UCI puede clasificarse en dos categorías principales: infecciosas y no infecciosas. Ambas requieren una evaluación exhaustiva para garantizar un tratamiento oportuno y adecuado. Cualquier afección capaz de desencadenar una respuesta inmunitaria puede causar fiebre.

En la Imagen 1 se citan las afecciones habituales que se asocian a fiebre hospitalaria (nosocomial) en las UCI médico quirúrgicas generales.

1. Infecciones nosocomiales

Las infecciones adquiridas en el hospital, como neumonía asociada a ventilación mecánica, infecciones del tracto urinario relacionadas con catéteres y bacteriemia, son causas comunes de fiebre en la UCI. Estas infecciones son particularmente peligrosas debido a la resistencia antimicrobiana.

Factores de riesgo:

  • Uso prolongado de dispositivos invasivos.
  • Deficiencia inmunológica en pacientes críticos.
  • Procedimientos quirúrgicos recientes.

Manejo clínico:

  • Cultivos microbiológicos para identificar el patógeno.
  • Inicio de terapia antimicrobiana empírica ajustada según resultados.
  • Retire temprano de dispositivos invasivos cuando sea posible.

2. Fiebre de origen desconocido (FUO)

En la UCI, hasta un 30% de los episodios febriles pueden clasificarse inicialmente como fiebre de origen desconocido. Este diagnóstico requiere descartar infecciones, enfermedades autoinmunes y neoplasias.

Diagnóstico del protocolo:

  • Historial clínico detallado.
  • Uso de biomarcadores inflamatorios (PCR, procalcitonina).
  • Estudios de imagen, como tomografía computarizada.

3. Reacciones farmacológicas

Los medicamentos administrados en la UCI, como antibióticos, heparinas y anticonvulsivantes, pueden causar fiebre como efecto secundario. La fiebre medicamentosa puede deberse a una reacción de hipersensibilidad, una reacción idiosincrásica o una flebitis relacionada con la infusión.

La fiebre medicamentosa es una entidad reconocida en la UCI, pero su importancia y su incidencia se desconocen. Se sabe poco de esta fiebre medicamentosa. El inicio de la fiebre varía desde unas horas hasta unas semanas después de iniciar el tratamiento farmacológico, y ésta puede aparecer como un signo aislado o ir acompañada de manifestaciones.

Aproximadamente la mitad de los pacientes presenta escalofríos, y alrededor del 20% presenta hipotensión, lo que indica que los pacientes con fiebre medicamentosa pueden parecer gravemente enfermos.

En la mayor parte de los casos no hay signos de reacción de hipersensibilidad (eosinofilia y exantema). Suele sospecharse su presencia cuando no hay otras causas probables de fiebre. En esta situación, lo mejor es interrumpir la administración de los posibles causantes. La fiebre debe desaparecer en 2 a 3 días, aunque puede tardar hasta 7 días en hacerlo.

Síndromes de hipertermia de causa farmacológica:

Los síndromes de hipertermia de causa farmacológica son la hipertermia maligna, el síndrome neuroléptico maligno y el síndrome serotonínico. El síndrome neuroléptico maligno puede ser un problema importante en las UCI en las que se usa haloperidol para lograr la sedación.

Características de la fiebre inducida por medicamentos:

  • Aparece tras la administración de un nuevo fármaco.
  • No responde a los antibióticos.
  • Desaparece al suspender el medicamento sospechoso.

Manejo:

  • Identificación y discontinuación del medicamento responsable.
  • Monitoreo cercano de los signos vitales del paciente.

4. Trombosis venosa profunda (TVP)

La TVP y el tromboembolismo pulmonar son complicaciones frecuentes en pacientes inmovilizados en la UCI y pueden presentarse con fiebre.

Diagnóstico:

  • Ultrasonido Doppler para detectar coágulos.
  • Detección de dímero D elevado.

Tratamiento:

  • Anticoagulación con heparina de bajo peso molecular o warfarina.
  • Movilización temprana cuando sea posible.

5. Pancreatitis aguda

La inflamación pancreática en pacientes críticos puede ser una causa de fiebre, especialmente en aquellos con antecedentes de alcoholismo o enfermedades biliares.

Síntomas relacionados:

  • Dolor abdominal severo.
  • Elevación de enzimas pancreáticas (amilasa y lipasa).

Manejo:

  • Hidratación agresiva.
  • Control del dolor y soporte nutricional.

6. Enfermedades autoinmunes

En pacientes con antecedentes de enfermedades autoinmunes, como lupus eritematoso sistémico o artritis reumatoide, la fiebre puede ser una manifestación de una exacerbación de la enfermedad.

Manejo:

  • Uso de corticoides o inmunosupresores según la enfermedad subyacente.
  • Control estricto de los signos vitales y parámetros inflamatorios.

7. Hipertermia inducida por trauma o cirugía

El trauma severo o las cirugías mayores pueden causar fiebre no infecciosa debido a la liberación masiva de citocinas proinflamatorias. La cirugía siempre implica algún grado de lesión tisular, y la cirugía mayor conlleva una lesión tisular considerable.

Una cirugía mayor se parece a lo que puede ser sufrir un golpe con un bate de béisbol. La inflamación y la fiebre son la respuesta normal a la lesión tisular, y por esto la fiebre es una consecuencia probable de la cirugía mayor.

En el 15-40 % de los pacientes se observa la presencia de fiebre el primer día tras la intervención quirúrgica mayor, y en la mayor parte de los casos no existe infección asociada. Estas fiebres duran poco y suelen resolverse en 24-48 h.

Intervenciones clave:

  • Monitoreo de parámetros inflamatorios.
  • Uso de antipiréticos si es necesario.
Causas frecuentes de fiebre nosocomial en la UCI – Imagen 1

Otros procedimientos relacionados con fiebre

Los siguientes procedimientos o intervenciones pueden ir acompañados de fiebre no infecciosa.

Hemodiálisis

Las reacciones febriles durante la hemodiálisis se atribuyen a la contaminación del equipo de diálisis por endotoxinas, aunque a veces se produce bacteriemia. Se recomienda realizar hemocultivos a todos los pacientes que presentan fiebre durante la hemodiálisis, aunque la diálisis no tiene que finalizarse salvo que el paciente muestre signos de sepsis (p. ej., cambios en el estado mental o hipotensión).

Se recomienda la administración de antibióticos empíricos tan sólo a los pacientes que parezcan sépticos. Debe bastar con vancomicina más ceftazidima, dependiendo de los resultados de los cultivos. Un gramo de cada antibiótico administrado tras la diálisis proporcionará unos niveles séricos adecuados, pendientes del resultado de los cultivos.

Broncoscopia

Tras la realización de una fibrobroncoscopia se observa fiebre en el 5 % de los casos. Suele aparecer entre 8 h y 10 h después del procedimiento, y desaparece espontáneamente en 24 h. La causa probable es la liberación de pirógenos endógenos desde el pulmón durante el procedimiento.

A menudo, la fiebre se asocia a leucocitosis, aunque la neumonía y la bacteriemia son raras. No es preciso realizar hemocultivos ni administrar antibióticos empíricos, salvo que la fiebre no desaparezca o el paciente muestre signos de sepsis (p. ej., cambios del estado mental o hipotensión).

Transfusiones de sangre

El 5 % de los pacientes que reciben hemoderivados observan reacciones febriles. La fiebre suele deberse a anticuerpos antileucocitos, y aparece durante la transfusión o poco después.

Tromboembolismo venoso

Varios grupos de pacientes hospitalizados tienen riesgo de sufrir tromboembolia venosa, aunque el riesgo es mayor en los pacientes traumatológicos y postoperados, sobre todo tras procedimientos ortopédicos que afectan a la cadera y la rodilla.

La mayor parte de los casos de trombosis venosa profunda hospitalaria son asintomáticos, aunque la embolia pulmonar aguda puede causar fiebre que dura hasta 1 semana.

Colecistitis alitiásica

La colecistitis alitiásica es una afección poco frecuente, pero grave, que se comunica hasta en un 1,5 % de los pacientes en situación grave. Es más habitual en pacientes posoperados, pacientes traumatológicos y en pacientes tratados con nutrición parenteral.

Se cree que esta afección se debe a isquemia y estasis en la vesícula biliar, que finalmente produce edema del conducto cístico que bloquea el drenaje de la vesícula. El síndrome clínico resultante consta de fiebre (70-95 % de los casos) y dolor en hipocondrio derecho (60-100% de los casos).

A menudo, es posible llegar al diagnóstico mediante ecografía del hipocondrio derecho. En las 48 h siguientes al inicio puede producirse la perforación de la vesícula biliar. El tratamiento de elección es la colecistectomía, o la colecistostomía percutánea en los pacientes demasiado enfermos para soportar una intervención quirúrgica.

Infartos

La lesión isquémica en cualquier órgano desencadenará una respuesta inflamatoria local que puede causar fiebre. Los infartos de miocardio y vasculares cerebrales suelen ir precedidos de otros síntomas, aunque el infarto intestinal puede ser asintomático en el anciano, en pacientes debilitados o en aquellos con depresión de conciencia.

El único signo de un infarto intestinal puede ser una fiebre inexplicada o una acidosis metabólica (láctica). Desgraciadamente, no hay pruebas diagnósticas fiables para el infarto intestinal, y el diagnóstico suele realizarse por laparotomía.

Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica

El síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS) se caracteriza por signos de inflamación sistémica (p. ej., fiebre, leucocitosis) sin signos de infección. Las posibles causas del síndrome de respuesta inflamatoria sistémica son la lesión tisular por traumatismo, la isquemia o las agresiones tóxicas, y la translocación de endotoxinas y antígenos bacterianos desde la luz del tracto gastrointestinal.

El síndrome de respuesta inflamatoria sistémica va acompañado a menudo de lesión inflamatoria en uno o más órganos vitales (p. ej., síndrome de distress respiratorio agudo), y puede progresar inexorablemente hacia el fracaso multiorgánico y la muerte.

Fiebre iatrogénica

El fallo de los reguladores térmicos en colchones de agua y humidificadores en aerosol puede causar fiebre por transferencia. Se tarda sólo 1 min en comprobar los dispositivos térmicos en colchones calentados y ventiladores, pero se puede tardar mucho más en explicar por qué se ha pasado por alto una causa de fiebre tan simple.

La importancia del enfoque multidisciplinario

El manejo de la fiebre en la UCI requiere la colaboración de médicos, enfermeros, farmacéuticos y otros profesionales de la salud. Un diagnóstico rápido y preciso puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en estos pacientes vulnerables.


Preguntas frecuentes

¿Qué porcentaje de fiebre en la UCI se debe a infecciones?
Aproximadamente el 60% de los episodios febriles en la UCI tienen una causa infecciosa.

¿Cómo distinguir entre fiebre infecciosa y no infecciosa?
Un análisis detallado de los síntomas, la historia clínica y pruebas diagnósticas específicas, como cultivos y estudios de imagen, ayudan a diferenciar estas causas.

¿Qué papel juega la procalcitonina en el diagnóstico de fiebre en la UCI?
La procalcitonina es un biomarcador útil para diferenciar entre fiebre infecciosa y no infecciosa, especialmente en sepsis.

¿Cuál es la causa más común de fiebre en pacientes ventilados?
La neumonía asociada a la ventilación mecánica es la causa más común de fiebre en estos pacientes.

¿Cuándo se debe iniciar antibióticos en un paciente con fiebre?
Se recomienda iniciar antibióticos empíricos en pacientes febriles con signos de infección confirmada o sospecha clínica elevada.

¿Es necesario tratar toda fiebre en la UCI?
No siempre; algunas causas no infecciosas de fiebre pueden resolverse sin intervención específica, como fiebre postquirúrgica.


La fiebre en la UCI es un desafío clínico complejo que requiere un enfoque sistemático y basado en evidencia. Identificar rápidamente la causa subyacente es fundamental para implementar un tratamiento efectivo y mejorar los resultados del paciente. Mediante la colaboración multidisciplinaria y el uso de herramientas de diagnóstico avanzadas, los profesionales de la salud pueden enfrentar este desafío con éxito.

Recordar

La fiebre en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) puede ser un desafío tanto para los médicos como para los pacientes, ya que puede indicar diversas afecciones subyacentes que requieren atención inmediata.

Este artículo explora las causas más comunes de fiebre en la UCI, ayudándote a comprender los posibles desencadenantes y su manejo adecuado. Entre las causas frecuentes se encuentran las infecciones nosocomiales, como las neumonías asociadas a la ventilación mecánica y las infecciones del tracto urinario relacionadas con el uso prolongado de catéteres. Estos casos suelen necesitar un diagnóstico rápido y tratamiento con antibióticos de amplio espectro, una categoría muy buscada en la industria médica.

Otra causa importante es la sepsis, una respuesta inflamatoria grave del cuerpo a infecciones. Este problema puede ser identificado mediante pruebas como la procalcitonina y el hemocultivo, servicios ofrecidos por laboratorios especializados que muchos buscan en línea.

Además, los coágulos sanguíneos o trombosis venosa profunda pueden provocar fiebre y requieren el uso de anticoagulantes, otro término que atrae búsquedas relacionadas con productos médicos. Por otro lado, las reacciones adversas a medicamentos, conocidas como fiebre farmacológica, también son una posibilidad y están relacionadas con la necesidad de cambiar o ajustar tratamientos específicos.

La fiebre también puede ser un síntoma de enfermedades autoinmunes o inflamatorias como el lupus, lo que resalta la importancia de contar con un buen equipo de especialistas. Además, condiciones como la pancreatitis o complicaciones postquirúrgicas, como abscesos intraabdominales, requieren intervenciones avanzadas y herramientas quirúrgicas de alta precisión.

No debemos olvidar los dispositivos médicos contaminados, que pueden actuar como fuentes de infecciones graves y fiebre, un tema de interés para quienes investigan productos de control de infecciones hospitalarias.

Si bien el manejo de la fiebre depende de su causa subyacente, es crucial invertir en seguros médicos completos y recursos como planes de telemedicina, cada vez más buscados por pacientes que desean acceso rápido a especialistas.

Recuerda que un enfoque preventivo y la implementación de prácticas como el control de infecciones y el monitoreo continuo en la UCI pueden marcar la diferencia en el pronóstico del paciente. No dejes de explorar más sobre los tratamientos innovadores para fiebre en la UCI y consulta siempre con profesionales para garantizar una atención médica de calidad.


Información del autor
  1. Enfermería Buenos Aires
Fuentes consultadas
  1. https://enfermeriabuenosaires.com/wp-content/uploads/2021/05/El-Libro-de-LA-UCI-PAUL-MARINO.pdf

Última actualización: [24/04/2025]

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Diagnósticos por Imagen Procedimientos de enfermería

Diagnóstico por imagen y endoscópico – Estudios de radiodiagnostico

Tiempo de lectura: 7 minutos

Diagnóstico por imagen y endoscópico – Estudios de radiodiagnostico

Los estudios diagnósticos por imagen y endoscópicos incluyen:

  • Broncoscopia.
  • Radiografías de tórax.
  • Resonancia magnética (RM).
  • Angiografía pulmonar.
  • Tomografía computarizada (TC) de tórax.
  • Gamma grama de ventilación-perfusión.

Broncoscopia

La broncoscopia se refiere a la inspección dirigida de la tráquea y los bronquios a través de un broncoscopio flexible o rígido de fibra óptica. Lo anterior le permite al médico determinar la localización y la extensión del proceso patológico, evaluar la resecabilidad de un tumor, diagnosticar los sitios de sangrado, recoger muestras de tejido o esputo, así como extraer cuerpos extraños, tapones de moco o secreciones excesivas.

Broncoscopia

Acciones de enfermería

  1. Indicar al paciente que recibirá un sedante, por ejemplo, diazepam o midazolam.
  2. Explicarle que el médico introducirá el tubo del broncoscopio a través de su nariz o su boca hacia la vía aérea. Luego, introducirá pequeñas cantidades de anestésico a través del tubo para inhibir los reflejos de la tos y las náuseas.
  3. Informar al paciente que se le solicitará que permanezca sobre un costado o sentado con la cabeza elevada al menos 30º hasta que el reflejo de las náuseas regrese; no se le proporcionarán comida, líquidos o fármacos durante este período. Explicarle que la ronquera y el dolor de garganta son temporales y que, cuando el reflejo nauseoso regrese, se le podrán administrar pastillas o gargarismos para aliviarlos.
  4. Informar de inmediato la presencia de moco sanguinolento, disnea, sibilancias o dolor de tórax al médico tratante. Se obtendrá una radiografía de tórax después del procedimiento y el paciente puede recibir un broncodilatador en aerosol.
  5. Buscar crepitaciones subcutáneas alrededor de la cara y el cuello del paciente, las cuales podrían indicar una perforación traqueal o bronquial.
  6. Mantenerse alerta a los problemas respiratorios debidos a un edema laríngeo o un laringoespasmo; llamar al médico de inmediato si se observa una respiración dificultosa.
  7. Buscar signos de hipoxia, neumotórax, broncoespasmo o sangrado.
  8. Mantener el equipo de reanimación y una bandeja de traqueotomía disponibles durante el procedimiento y hasta 24 h después.

Radiografía de tórax

Debido a que el tejido pulmonar normal es radiolúcido, cuerpos extraños, infiltrados, líquidos, tumores y otras anomalías aparecen como densidades (áreas blancas) en una radiografía de tórax. Es mucho más útil cuando se compara con las placas previas del paciente porque el radiólogo puede detectar los cambios.

Por sí misma, una radiografía de tórax no proporciona información para un diagnóstico definitivo. Por ejemplo, puede no revelar una enfermedad pulmonar obstructiva leve a moderada. A pesar de esto, puede mostrar la ubicación y el tamaño de las lesiones e identificar anomalías estructurales que influyen en la ventilación y la difusión. Ejemplos de anomalías visibles en los rayos X incluyen neumotórax, fibrosis, atelectasias e infiltrados.

Radiografía de tórax

Acciones de enfermería

  1. Decirle al paciente que debe utilizar una bata sin broches y quitarse todas las alhajas del cuello y el tórax, pero que no necesita quitarse los pantalones, las medias y los zapatos.
  2. Si el estudio se realiza en el departamento de radiología, avisarle que estará parado o sentado frente al aparato. Si se realiza en la cama, alguien le ayudará a sentarse y le colocará una placa fría y dura en la espalda. Se le pedirá que contenga el aliento unos segundos mientras se obtiene la placa. Deberá quedarse quieto esos segundos.
  3. Tranquilizar al paciente respecto a que la cantidad de exposición a la radiación es mínima.
  4. Explicarle que el personal de la institución saldrá del área cuando el técnico tome la placa porque ellos se exponen a la radiación varias veces al día.

Resonancia magnética

La resonancia magnética (RM) es un estudio no invasivo que emplea un potente imán, ondas de radio y un dispositivo electrónico para ayudar a diagnosticar trastornos respiratorios. Proporciona imágenes transversales de alta resolución de las estructuras del pulmón y traza el flujo sanguíneo. La mayor ventaja de la RM es su capacidad de “ver a través” del hueso y de delimitar tejidos blandos llenos de líquido con gran detalle, sin utilizar radiaciones ionizantes o medios de contraste.

Resonancia magnética

Acciones de enfermería

  1. Decirle al paciente que debe quitarse todas las alhajas y sacar todo de sus bolsillos.
  2. Explicarle que no puede haber metal en la sala del estudio; el poderoso imán podría desmagnetizar las tiras magnéticas de las tarjetas de crédito o hacer que un reloj se detenga. Si tiene algún metal en el cuerpo, como un marcapasos, una clavija o un disco ortopédico, y fragmentos de balas o de metralla, avisarle que debe informarle al médico.
  3. Explicar al paciente que se le pedirá que se acueste sobre una mesa que se desliza 2.4 m dentro del túnel del imán.
  4. Decirle que respire con normalidad, pero que no hable o se mueva durante el estudio para evitar distorsionar los resultados; la prueba en general dura 15-30 min, pero puede requerir hasta 45 min.
  5. Advertir que el aparato hace mucho ruido, que va desde un constante “ping” hasta un sonido más fuerte, como un “bang”. Decirle que se le darán protectores acústicos. Es posible que sienta claustrofobia o aburrimiento. Sugerirle que trate de relajarse y se concentre en la respiración o en su imagen favorita.

Angiografía pulmonar

También llamada arteriografía pulmonar, la angiografía pulmonar permite el examen radiográfico de la circulación en los pulmones.

Tras inyectar un contraste radiactivo a través de un catéter insertado en la arteria pulmonar o una de sus ramas, se obtiene una serie de radiografías para detectar anomalías en el flujo de sangre, posiblemente causadas por embolias o un infarto pulmonar. Este estudio proporciona resultados más confiables que un gammagrama V/Q , pero tiene más riesgos, como producir arritmias cardíacas.

Angiografía pulmonar

Acciones de enfermería

  1. Avisar al paciente quién realizará el estudio y dónde y cuándo se llevará a cabo.
  2. Explicarle que requiere alrededor de 1 h y permite confirmar una embolia pulmonar.
  3. Decirle que deberá ayunar por 6 h antes del estudio o según indicación. El paciente puede seguir con el régimen de medicamentos a menos que el médico indique otra cosa.
  4. Preguntarle si tiene o ha tenido reacciones alérgicas a medios de contraste, mariscos o yodo. Si es así, informar al médico antes de comenzar el estudio.
  5. Explicarle que se le proporcionará un sedante, por ejemplo, diazepam, según la indicación. También puede indicarse difenhidramina con el fin de reducir el riesgo de reacción al contraste.
  6. Explicar el procedimiento al paciente. El médico realizará una punción en la vena antecubital, femoral, yugular o subclavia. El paciente puede sentir presión en el sitio. El médico introducirá y avanzará un catéter.
  7. Después de la inserción del catéter, revisar la curación compresiva en busca de sangrado y descartar una oclusión arterial valorando la temperatura, la sensación, el color y el pulso periférico distal al sitio de inserción.
  8. Después del estudio, observar al paciente en busca de hipersensibilidad al contraste o al anestésico local.
  9. Mantener el equipamiento de urgencia cerca y estar alerta a la presencia de disnea.

Tomografía computarizada de tórax

Una TC de tórax proporciona vistas transversales del tórax al hacer pasar rayos X de un aparato computarizado a través del cuerpo a diferentes ángulos y profundidades. La TC proporciona una imagen tridimensional de los pulmones, lo que le permite al médico evaluar anomalías en la configuración de la tráquea o los bronquios principales y valorar masas o lesiones, como tumores y abscesos, y sombras anómalas en los pulmones.

A veces se utiliza un medio de contraste para resaltar los vasos sanguíneos y permitir una mejor discriminación visual.

Tomografía computarizada de tórax

Acciones de enfermería

  1. Preguntar al paciente si tiene o ha tenido reacciones alérgicas a medios de contraste, mariscos o yodo. Si es así, informar al médico antes de comenzar el estudio.
  2. Decirle al paciente que si se emplea contraste, debe ayunar 4 h antes del estudio.
  3. Explícarle que estará acostado en un aparato grande y ruidoso con forma de túnel. Si se emplea un contraste, puede tener náuseas, rubor, calor o gusto salado cuando se inyecta en la vena el líquido.
  4. Avisarle que el equipo puede hacerle sentir claustrofóbico. No debe moverse durante el estudio y debe tratar de relajarse y respirar con normalidad. El movimiento puede invalidar los resultados y requerir una repetición del estudio.
  5. Tranquilizar al paciente respecto de que la exposición a la radiación es mínima durante el estudio.

Gammagrama V/Q

Aunque menos confiable que la angiografía pulmonar, un gammagrama tiene menos riesgos. Este estudio indica la perfusión y la ventilación de los pulmones; se utiliza para evaluar los desequilibrios en estos factores, detectar embolias pulmonares y evaluar la función pulmonar, sobre todo antes de una operación en pacientes con reservas pulmonares limítrofes.

Acciones de enfermería

  1. Informar al paciente que un gammagrama requiere la inyección de un contraste radiactivo.
  2. Explicarle que estará en posición supina sobre la mesa mientras se le inyecta una sustancia proteica radiactiva en una vena del brazo.
  3. Con el paciente en posición supina, un dispositivo obtendrá imágenes mientras el paciente yace de lado, en posición prona y se sienta. Cuando el paciente esté en posición prona, se inyectará más contraste.
  4. Tranquilizar al paciente respecto de que la cantidad de radiactividad en el contraste es mínima.
  5. Avisar al paciente que puede experimentar algunas molestias durante la venopunción y por estar acostado en una mesa dura y fría. También puede sentir claustrofobia cuando esté rodeado por el equipamiento.

Diagnóstico por imagen y endoscópico –Estudios de radiodiagnostico


Información del autor
  1. Lorena Plazas. Licenciada en enfermería. Trabajo propio.
Fuente consultada
  1. Carolyn Gersch; Nicole Heimgartner; Cherie Rebar; Laura M. Willis; 2017; Enfermería medicoquirúrgica; 4ta edición; Colección Lippincott; España.

Última actualización: [15/11/2023]

Categorías
Oncología Dermatología

Sarcoma de Kaposi

Tiempo de lectura: 5 minutos

25 de septiembre de 2024, Última actualización

Sarcoma de Kaposi 

Introducción Sarcoma de Kaposi

El sarcoma de Kaposi es una enfermedad por la que se forman tumores malignos (cancerosos) en la piel, las membranas mucosas, los ganglios linfáticos y otros órganos.

El sarcoma de Kaposi es un cáncer que hace que crezcan lesiones (tejido anormal) en:

  • Piel
  • Membranas mucosas que revisten la boca
  • Nariz
  • Garganta
  • Ganglios linfáticos u otros órganos

Por lo general, las lesiones son de color púrpura y se componen de células cancerosas, vasos sanguíneos, glóbulos rojos y glóbulos blancos nuevos. El sarcoma de Kaposi es diferente de otros cánceres porque las lesiones se pueden originar en más de un lugar del cuerpo al mismo tiempo.

El virus del herpes humano 8 (VHH-8) se encuentra en las lesiones de todos los pacientes con sarcoma de Kaposi. Este virus también se conoce como virus del herpes del sarcoma de Kaposi (VHSK).

La mayoría de las personas infectadas por el VHH-8 no presentan sarcoma de Kaposi. Aquellas personas infectadas con el VHH-8 que tienen más posibilidades de presentar sarcoma de Kaposi tienen sistemas inmunitarios debilitados por una enfermedad o por los medicamentos que se administraron después de un trasplante de órgano.

Ver Imágenes

Enfermería Buenos Aires – Imágenes

Tipos de sarcoma

Hay varios tipos de sarcoma de Kaposi, entre ellos, los siguientes:

  • Sarcoma de Kaposi clásico.
  • Sarcoma de Kaposi Africano.
  • Sarcoma de Kaposi relacionado con la terapia inmunodepresora.
  • Sarcoma de Kaposi epidémico.
Sarcoma de Kaposi africano – Sarcoma de Kaposi

Tratamiento 

Hay diferentes tipos de tratamiento para los pacientes con sarcoma de Kaposi.
El tratamiento del sarcoma de Kaposi epidémico combina el tratamiento del sarcoma de Kaposi con el tratamiento del SIDA.

Se utilizan cinco tipos de tratamiento estándar para tratar el sarcoma de Kaposi:

  • Radioterapia
  • Cirugía
  • Quimioterapia
  • Terapia biológica
  • Terapia dirigida

A veces el tratamiento para el sarcoma de Kaposi causa efectos secundarios.
Los pacientes pueden ingresar en los ensayos clínicos antes, durante o después de comenzar su tratamiento para el cáncer. Se necesitan pruebas de seguimiento.

Diagnóstico

Para detectar y diagnosticar el sarcoma de Kaposi se utilizan pruebas que examinan:

  • Piel
  • Pulmones
  • Tubo digestivo

Se puede utilizar las siguientes pruebas y procedimientos:

Examen físico y antecedentes 

Examen del cuerpo para revisar el estado general de salud, que incluye revisar la piel y los ganglios linfáticos e identificar signos de enfermedad, como masas o cualquier otra cosa que parezca anormal.

También se toman datos sobre los hábitos de salud, los antecedentes de enfermedades y los tratamientos anteriores.

Radiografía del tórax 

Radiografía de los órganos y huesos del interior del tórax. Un rayo X es un tipo de haz de energía que puede atravesar el cuerpo y plasmarse en una película que muestra una imagen del interior del cuerpo.

Se usa para encontrar el sarcoma de Kaposi en los pulmones.

Biopsia 

Extracción de células o tejidos para que un patólogo los pueda observar al microscopio y determine si hay signos de cáncer.

Es posible realizar uno de los siguientes tipos de biopsias para verificar la presencia de lesiones del sarcoma de Kaposi en la piel:

  • Escisión : se usa un bisturí para extraer todo el crecimiento en la piel.
  • Incisión : se usa un bisturí para extraer parte del crecimiento en la piel.
  • Aguja gruesa : se usa una aguja ancha para extraer parte del crecimiento en la piel.
  • Aspiración con aguja fina (AAF): se usa una aguja delgada para extraer parte del crecimiento en la piel.

A veces se realiza una endoscopia o broncoscopia para verificar la presencia de lesiones de sarcoma de Kaposi en el tubo gastrointestinal o los pulmones.

Biopsia – Sarcoma de Kaposi

Endoscopia 

Procedimiento para observar los órganos y tejidos del cuerpo a fin de determinar si hay áreas anormales. Se introduce un endoscopio a través de una incisión (corte) en la piel o una abertura del cuerpo como la boca.

Un endoscopio es un instrumento en forma de tubo delgado, con luz y una lente para observar. A veces tiene una herramienta para extraer muestras de tejido o de ganglios linfáticos que se observan al microscopio para comprobar si hay signos de enfermedad. Este procedimiento se usa para encontrar lesiones del sarcoma de Kaposi en el tubo gastrointestinal.

Broncoscopia 

Estudio para observar el interior de la tráquea y las vías respiratorias mayores del pulmón a fin de determinar si hay áreas anormales.

Se introduce un broncoscopio a través de la nariz o la boca hacia la tráquea y los pulmones. Un broncoscopio es un instrumento delgado en forma de tubo, con una luz y una lente para observar.

Como el endoscopio; a veces tiene una herramienta para extraer muestras de tejido que se observan al microscopio para detectar signos de enfermedad. Se usa para encontrar lesiones del sarcoma de Kaposi en los pulmones.

Estudios complementarios

Después de que se diagnostica un sarcoma de Kaposi, se realizan pruebas para determinar si las células cancerosas se diseminaron a otras partes del cuerpo.

Estudios bioquímicos de la sangre 

Pruebas por las que se examina una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas sustancias que los órganos y tejidos del cuerpo liberan en la sangre. Una cantidad anormal (mayor o menor que la normal) de una sustancia puede ser un signo de enfermedad.

Tomografía computarizada (TC),(TAC)

Procedimiento para el que se toma una serie de imágenes detalladas del interior del cuerpo, como el pulmón, el hígado y el bazo desde ángulos diferentes.

Las imágenes se crean con una computadora conectada a una máquina de rayos X. Se inyecta un tinte en una vena o se ingiere a fin de que los órganos o los tejidos se destaquen de forma más clara. Este procedimiento también se llama tomografía computarizada, tomografía axial computarizada (TAC) o exploración por TAC.

Tomografía por emisión de positrones (TEP)

Estudio para encontrar células de tumores malignos en el cuerpo. Se inyecta en una vena una cantidad pequeña de glucosa (azúcar) radiactiva. El escáner de la TEP rota alrededor del cuerpo y crea una imagen de los lugares del cuerpo que usan la glucosa.

Las células de tumores malignos se ven más brillantes en la imagen porque son más activas y absorben más glucosa que las células normales. Esta prueba con imágenes busca signos de cáncer en los pulmones, el hígado y el bazo.

Recuento de linfocitos CD34 

Se examina una muestra de sangre para medir la cantidad de células CD34 (tipo de glóbulos blancos). Una cantidad más baja que la normal de células CD34 puede ser un signo de que el sistema inmunitario no está funcionando bien.

Factores afectan el pronóstico 

Son factores que afectan probabilidad de recuperación y las opciones de tratamiento.
El pronóstico (probabilidad de recuperación) y las opciones de tratamiento dependen de lo siguiente:

  • El tipo de sarcoma de Kaposi.
  • El estado de salud general del paciente, especialmente su sistema inmunitario.
  • Si el cáncer recién se diagnosticó o si recidivó (volvió).
Biopsia – Sarcoma de Kaposi

Sarcoma de Kaposi


Información del autor
  1. Tratamiento del sarcoma de Kaposi (PDQ®)–Versión para pacientes publicada originalmente por el Instituto Nacional del Cáncer”.

Última actualización: [16/08/2024]

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