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Medio Interno Enfermería

Haemaccel: Todo lo que necesitas saber sobre este expansor plasmático

Tiempo de lectura: 5 minutos

Haemaccel

Haemaccel es un medicamento conocido por ser un expansor del volumen plasmático, utilizado principalmente en situaciones de emergencia médica, como el tratamiento del choque hipovolémico. Su función principal es reponer el volumen de sangre en pacientes que han sufrido una pérdida significativa de líquidos, ya sea por hemorragias, cirugías o traumatismos graves.

Aunque ha sido ampliamente utilizado durante años, muchas personas no comprenden completamente su mecanismo, beneficios y posibles efectos secundarios. Este artículo explora en profundidad qué es Haemaccel, cómo se utiliza en medicina, sus ventajas y las precauciones que deben tenerse en cuenta.

¿Qué es Haemaccel y cuál es su función?

Haemaccel es un coloide sintético compuesto por gelatina polipeptídica modificada y electrolitos, que se utiliza para aumentar temporalmente el volumen plasmático en el torrente sanguíneo. Funciona de manera similar a otros expansores de volumen, como el albúmina y el dextrano, aunque su ventaja radica en su capacidad para reponer el volumen circulante de manera más rápida y efectiva.

Al ser administrado por vía intravenosa, Haemaccel atrae el agua hacia el espacio intravascular, restaurando así el volumen de sangre circulante, lo cual es esencial para mantener la presión arterial y garantizar que los órganos vitales reciban suficiente oxígeno.

Este medicamento se usa en situaciones donde los pacientes han sufrido una pérdida aguda de sangre o líquidos, por ejemplo, en cirugías mayores, traumas graves o hemorragias internas. También puede ser administrado en casos de quemaduras severas, donde la pérdida de líquidos puede desestabilizar gravemente al paciente. En tales escenarios, la administración rápida de Haemaccel puede ser crucial para evitar un colapso cardiovascular.

Haemaccel

Composición de Haemaccel

La composición de Haemaccel incluye principalmente una solución de gelatina degradada (gelatina polipeptídica) al 3.5% en una mezcla de electrolitos, principalmente sodio, potasio, calcio y cloruro. Su osmolaridad se aproxima a la del plasma sanguíneo, lo que facilita su absorción y distribución rápida en el cuerpo sin alterar el equilibrio electrolítico natural.

Esta composición única lo convierte en una opción segura para pacientes que necesitan un aumento urgente de volumen plasmático sin la necesidad inmediata de una transfusión de sangre.

¿Cómo se administra Haemaccel?

La administración de Haemaccel se realiza mediante infusión intravenosa, lo que permite que el medicamento entre rápidamente en el torrente sanguíneo. La dosis y la velocidad de infusión varían según la gravedad de la condición del paciente y la cantidad de volumen que se necesita reponer.

En casos de emergencia, se pueden administrar grandes cantidades de Haemaccel en un período corto de tiempo, hasta que la presión arterial y el volumen circulante se estabilicen.

El uso de Haemaccel debe ser monitoreado de cerca por personal médico capacitado. Generalmente, se administra en hospitales y entornos quirúrgicos bajo la supervisión de anestesiólogos o médicos especializados en cuidados intensivos.

La rapidez con la que actúa es uno de sus mayores beneficios, pero como con cualquier medicamento intravenoso, también conlleva ciertos riesgos que deben considerarse cuidadosamente.

Usos clínicos de Haemaccel

Haemaccel es particularmente útil en las siguientes circunstancias:

  • Choque hipovolémico: Cuando el cuerpo pierde una cantidad significativa de líquido, la presión arterial disminuye drásticamente, lo que compromete el suministro de oxígeno a los órganos vitales. Haemaccel se utiliza para aumentar rápidamente el volumen de sangre y evitar complicaciones mayores como el fallo de órganos.
  • Cirugías mayores: Durante operaciones donde hay un riesgo de hemorragia significativa, como cirugías cardíacas o abdominales, Haemaccel puede ser utilizado como medida de apoyo para mantener la estabilidad hemodinámica.
  • Traumas graves: En pacientes que han sufrido traumatismos, como accidentes automovilísticos, donde las hemorragias internas son comunes, este expansor de volumen puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte al reponer rápidamente el volumen sanguíneo.
  • Quemaduras extensas: Las quemaduras graves suelen causar la pérdida de grandes cantidades de líquido a través de la piel dañada, lo que puede llevar al choque hipovolémico. En estos casos, Haemaccel ayuda a restaurar el volumen intravascular perdido.
Haemaccel

Beneficios de Haemaccel en comparación con otros expansores de volumen

Haemaccel tiene varias ventajas que lo diferencian de otros expansores plasmáticos y soluciones intravenosas:

  • Efecto rápido y eficaz: Gracias a su composición, Haemaccel actúa de forma rápida para restaurar el volumen sanguíneo, lo que es esencial en situaciones de emergencia.
  • Menor riesgo de reacciones alérgicas: En comparación con otros coloides, como el dextrano, Haemaccel tiene una incidencia más baja de reacciones anafilácticas, lo que lo hace más seguro en un amplio rango de pacientes.
  • Compatibilidad con transfusiones: A menudo se utiliza en combinación con sangre o productos sanguíneos en casos de grandes pérdidas hemorrágicas, sin interferir en la coagulación ni alterar los resultados de las pruebas sanguíneas.
  • Mejora del equilibrio de electrolitos: Su fórmula incluye electrolitos como sodio, potasio y calcio, que ayudan a mantener el equilibrio ácido-base en el cuerpo durante situaciones críticas.

Efectos secundarios y contraindicaciones de Haemaccel

A pesar de sus beneficios, el uso de Haemaccel no está exento de riesgos. Algunos pacientes pueden experimentar reacciones alérgicas como urticaria, fiebre, o en casos más graves, shock anafiláctico. Aunque estos casos son raros, es fundamental que el personal médico esté preparado para responder rápidamente en caso de que ocurran.

Otros efectos secundarios incluyen hipercalcemia, debido al contenido de calcio de la solución, y sobreexpansión del volumen, que puede causar sobrecarga de líquidos, especialmente en pacientes con insuficiencia cardíaca o renal. También se debe tener cuidado al administrar Haemaccel en pacientes con antecedentes de alergia a la gelatina, ya que el medicamento contiene proteínas derivadas de este compuesto.

En cuanto a las contraindicaciones, Haemaccel no debe administrarse a personas con hipersensibilidad conocida a la gelatina o con niveles elevados de calcio en la sangre. Además, no se recomienda su uso en pacientes con insuficiencia renal grave o aquellos que requieren diálisis.

Precauciones al usar Haemaccel

El uso de Haemaccel debe ir acompañado de una monitorización cuidadosa del paciente. Se deben vigilar los signos vitales, la función renal y la respuesta hemodinámica para evitar complicaciones. Es esencial controlar la velocidad de infusión y asegurarse de que el paciente no desarrolle sobrecarga de volumen, lo que podría llevar a edema pulmonar o insuficiencia cardíaca.

Además, es importante tener en cuenta que Haemaccel no reemplaza una transfusión de sangre en situaciones de hemorragia grave. Aunque ayuda a estabilizar al paciente inicialmente, se debe seguir con la administración de sangre o productos sanguíneos cuando sea necesario.

Alternativas a Haemaccel

Si bien Haemaccel es uno de los expansores de volumen más utilizados, existen alternativas en el mercado que pueden considerarse dependiendo del cuadro clínico del paciente:

  • Dextrano: Este expansor de plasma también es eficaz en la reposición de volumen, aunque presenta un mayor riesgo de reacciones alérgicas y trastornos de coagulación.
  • Albúmina humana: Utilizada frecuentemente en pacientes críticos, es más costosa y generalmente se reserva para situaciones en las que Haemaccel o soluciones cristaloides no son suficientes.
  • Soluciones cristaloides: Como el suero salino o Ringer lactato, son soluciones más económicas y seguras, aunque menos eficaces en la retención prolongada de volumen intravascular.

Información del autor
  1. Enfermería Buenos Aires

Última actualización: [25/09/2024]

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Unidad de Cuidados Intensivos y Coronarios Administración de fármacos Enfermería Farmacología Técnicas Urgencias

Tips sobre soluciones intravenosas

Tiempo de lectura: 6 minutos

Soluciones intravenosas

En este artículo se pretende aclarar ciertos mitos sobre las soluciones intravenosas y brindar recomendaciones para su utilización.

Las soluciones intravenosas son las terapias más utilizadas en pacientes hospitalizados; deben ser consideradas como fármacos ya que poseen indicaciones; contraindicaciones y efectos adversos.

Se dividen en solución salina (hipotónica, isotónica, hipertónica) o soluciones balanceadas (solución de Hartmann, plasmalyte) que son más parecidas al plasma.

Tipos de Soluciones en Enfermería

Tips para recordar: 🙄 

1.Solución salina a 0,9%

  1. Cuando se utiliza la solución salina al 0,9% como solución estándar para reanimación o mantenimiento; es algo que se realiza sin razón alguna; ya que esta solución es la menos fisiológica de las soluciones y probablemente la más utilizada.
  2. El principal problema de la solución salina al 0,9%, (además de la carga de sodio), es la cantidad de cloro que tiene (154 mEq/l), mucho más de lo que se encuentra en el plasma.
  3. La cantidad de cloro que hay en la solución salina tiene como consecuencia: acidosis metabólica hiperclorémica o de anion gap normal; vasoconstricción de la arteriola aferente; mayor incidencia de lesión renal aguda y eventos adversos renales.
  4. Un litro de solución salina al 0,9% tiene la cantidad de sodio equivalente a 20 bolsas de papas fritas.

2.Solución glucosada a 5%

  1. A pesar de que la solución glucosada al 5% es isotónica, la glucosa se metaboliza casi de inmediato y su aporte es solo de agua libre de electrolitos.
Solución glucosada a 5%

3.Plasma

  1. El componente acuoso del plasma tiene 154 mEq/l de sodio, lo mismo que la solución salina a 0,9%.

4.Solución de Hartmann

Existen mitos sobre lo que esta solución puede causar, aqui su aclaración:

  1. Hiponatremia: en exceso es posible que esto pase, sobre todo en pacientes hospitalizados por actividad de la hormona antidiurética.
  2. Hipercalemia: esta solución tiene una cantidad muy baja de potasio. De hecho, el uso de solución salina al 0,9% se ha asociado con mayor hipercalemia.
  3. Hiperlactatemia: es lactato de sodio, no ácido láctico, por lo que no incrementa el lactato. La única consideración sería en pacientes con falla hepática.

5.Solución isotónica

  1. Para realizar una solución isotónica con bicarbonato: diluir 3,5 frascos de bicarsol (50 ml con 44,5 mEq de bicarbonato de sodio) en 1 litro de agua inyectable.
  2. A las 2 horas de haberse infundido un cristaloide solo 25% permanece en el espacio intravascular.

6.Albúmina

¿Cuándo usar albúmina?

La albúmina es el único coloide con indicaciones precisas; puede ser hiperocótica al 20% al 25% o se puede hacer isooncótica al 4%.

  1. Cirrosis: se utiliza en pacientes con esta patología: Albúmina 1 g/kg (máx 100 g) al día como expansor de volumen en pacientes con cirrosis con lesión renal aguda y sospecha de síndrome hepatorrenal.
  2. Después de una paracentesis > 5 litros, reponer 8 g de albúmina por litro de ascitis removido (incluyendo los 5 litros iniciales).
  3. Peritonitis: en peritonitis bacteriana espontánea infundir 1,5 g/kg de albúmina al momento del diagnóstico y 1 g/kg a las 72 horas.
  4. Reanimación de pacientes: la solución de albúmina al 4% se puede utilizar para la reanimación de pacientes.
Soluciones intravenosas

Clasificación de soluciones intravenosas

Categorías

Las soluciones intravenosas pueden dividirse en dos grandes categorías y ellas son:

  1. Cristaloides
  2. Coloides

Cristaloides

Los cristaloides son soluciones que contienen solutos pequeños orgánicos e inorgánicos diluidos en agua; pueden ser hipotónicas, isotónicas o hipertónicas en relación al plasma. En este rubro se incluyen las soluciones glucosadas.

Se dividen en solución salina (hipotónica, isotónica, hipertónica) o soluciones balanceadas (solución de Hartmann, plasmalyte) que son más parecidas al plasma.

Coloides

Son macromoléculas dispersas en agua que en teoría permanecen mayor cantidad y tiempo en el espacio intravascular. Los coloides (gelatinas, almidones) han caído en desuso, ya que se ha probado que no son más benéficos que los cristaloides y tienen más efectos adversos, como lesión renal aguda o coagulopatía. El único coloide que sigue vigente es la albúmina.

Soluciones intravenosas

Consideraciones para el uso de soluciones intravenosas

Estado de volumen

  1. Hipervolemia: (insuficiencia cardiaca, cirrosis, enfermedad renal crónica) no se beneficia con soluciones intravenosas y están contraindicadas. Limitar su uso al máximo.
  2. Hipovolemia sin hiponatremia y estado ácido-base normal: se prefiere el uso de soluciones balanceadas para la reanimación inicial.
  3. Pacientes que tienen contraindicado vía oral: (p. ej., posquirúrgicos) se recomienda el mantenimiento con soluciones balanceadas 30 ml/kg. Agregar 1 mEq/kg/día de potasio y 50 a 100 g de glucosa.

Sodio sérico

  1. Hiponatremia: no utilizar soluciones hipotónicas. Las soluciones glucosadas están contraindicadas.
  2. Hipernatremia: utilizar soluciones hipotónicas (solución salina a 0,45% o solución glucosada).
  3. Solución salina a 3%: está reservada para casos de hiponatremia aguda sintomática o casos de hiponatremia grave de difícil manejo. Se sugiere consultar con un nefrólogo o un especialista en medicina interna antes de dejar una de estas soluciones.

Osmolaridad

  1. Pacientes con riesgo de edema cerebral: o con este, no utilizar soluciones hipotónicas.

Estado ácido base

  1. Alcalosis metabólica: se debe utilizar solución salina a 0,9%.
  2. Acidosis metabólica leve: se prefiere soluciones balanceadas.
  3. Pérdidas importantes de bicarbonato y/o acidosis metabólica no anion gap moderada a grave: se puede utilizar solución isotónica con bicarbonato.
  4. Pacientes críticos con acidosis metabólica: solución de bicarbonato hipertónica 4,2% (para disminuir el aporte de líquido), disminuye la incidencia de lesión renal aguda y hemodiálisis; según estudio BICAR-ICU.

Historia de las soluciones intravenosas

Su uso data de la década de 1830 en Inglaterra durante la epidemia del cólera. En diciembre de 1831 William Brooke O’Shaughnessy, a los 22 años, recién graduado de la facultad de medicina publicó en The Lancet su propuesta de un nuevo método para tratar el cólera con una solución con sales y oxígeno. Su objetivo era “regresar la sangre a su estado natural”.

Thomas Latta comenzó a utilizar una solución salina rudimentaria para tratar a estos pacientes. Su éxito fue moderado, ya que no eran estériles. Curiosamente, esto fue publicado en mayo de 1832 en The Lancet. Posteriormente, en 1883 Sidney Ringer creó la solución que lleva su nombre, que era más parecida al plasma que la solución salina de Latta, sin embargo, no tuvo impacto en la práctica clínica de la época.

En 1896 Hamburger creó la solución fisiológica con la concentración de sal a 0,9% que se conoce actualmente. Finalmente, en 1932 Alexis Hartmann agregó lactato de sodio a la solución de Ringer, creando así la solución de Ringer Lactato o solución de Hartmann.

La albúmina humana fue usada por primera vez en 1941 para reanimar pacientes heridos en la batalla de Pearl Harbor.

Entonces:

Thomas Latta-1832- ➡solución salina rudimentaria ➡ no era estéril.

Sidney Ringer-1883- ➡solución Ringer ➡ parecida al plasma.

Hamburger -1896- ➡ solución fisiológica ➡ concentración de sal a 0,9%.

Alexis Hartmann-1932- ➡agregó lactato de sodio a la solución ➡ creando la solución de Ringer Lactato o ➡ solución de Hartmann.

Conclusión

  • Las soluciones intravenosas son fármacos.
  • Deben prescribirse con indicaciones, dosis y objetivos específicos y monitorización adecuada.
  • En la reanimación de pacientes es muy importante evaluar constantemente la respuesta a los líquidos.
  • Utilizar las soluciones intravenosas cuando sea necesario y el paciente tenga beneficio.
  • No dejar por costumbre soluciones de mantenimiento en pacientes con vía oral normal.
  • La solución de Hartmann debe ser el “caballo de batalla”, a menos que exista indicación precisa de usar otra solución.
  • No utilizar coloides, con excepción de la albúmina en situaciones especiales.
  • Limitar al máximo el uso de soluciones intravenosas. La sobrecarga hídrica se ha asociado a desenlaces adversos.

Soluciones intravenosas


Enlaces de interés sobre el tema:

Sociedad sobretratada

Experiencias de Enfermería en Cuidados Críticos Pediátricos

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Fuentes bibliográficas
  1. Jiménez Vega Aldo; Meraz Muñoz Alejandro, 2021, Soluciones intravenosas: desaprendiendo lo aprendido – Medscape – 19 de marzo de 2021. Disponible en: https://espanol.medscape.com/verarticulo/5906736?src=mkm_latmkt_210326_mscmrk_top10podcasts_nl&uac=308302MG&impID= 3269377&faf=1
Información del Autor
  1. Plazas Lorena, Enfermera. Trabajo propio para el blog.

Última actualización: 01/12/2024

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